Pocos prospectos de 17 años tienen el sello de futura superestrella atado a su nombre, pero cuando se mencionen algunos de estos fenómenos no puede faltar Alex Rodríguez, uno de los grandes del béisbol de las Grandes Ligas.
Sus números fueron impresionantes, de los mejores en la historia, con 3,115 imparables, además de 696 bambinazos y 2,086 carreras impulsadas que lo ubican cuarto en la lista de todos los tiempos en ambos departamentos.
El toletero de origen dominicano fue nombrado Jugador Más Valioso en tres ocasiones (2003, 2005 y 2007), 14 veces All Star y revolucionó la era de los contratos en las Liga Mayores al firmar dos acuerdos que establecieron marcas: uno de 10 años y $252 millones con los Texas Rangers y luego otro de $275 millones por 10 años con los New York Yankees.
Sin embargo, mientras en el terreno de juego deslumbró, también se vio envuelto en polémicas y escándalos al ser ligado al uso de sustancias para mejorar el rendimiento que le costaron una suspensión de un año por parte de Major League Baseball, en 2014, lo que empañó una brillante carrera que llegó a su punto final durante la temporada 2016 con los Yankees.
Para algunos el denominado “A-Rod” siempre será una figura polarizante, algunos lo adoran, otros lo odian. Y ahora en momentos que será elegible por primera vez al Salón de la Fama del Béisbol se revivirá todo lo positivo de su paso por el diamante, pero es lo negativo lo que podría costarle su exaltación como ha pasado con otras leyendas, como Barry Bonds, Roger Clemens y Manny Ramírez, entre muchos otros.
“Hay tantas cosas frustrantes cuando miras hacia atrás”, dijo Alex Rodríguez hace unos años durante una entrevista con Joe Buck en el programa Undeniable que se transmitía por Audience Network. “Número uno, tienes un contrato garantizado por cientos de millones de dólares. Literalmente, puedes sentarte en el sofá y engordar. ¿Verdad? ¿Qué tan estúpido puedes ser?… Esta cosa me costó más de $40 millones. Y costó mi reputación, y puede que me haya costado el Salón de la Fama y muchas otras cosas”.
Lo que sí no se puede obviar es que Alex Rodríguez ha sido uno de los grandes talentos del pasatiempo nacional.
Un joven fenómeno
Cuando los Seattle Mariners escogieron a Rodríguez con la primera selección del draft en junio del 1993, el torpedero de 17 años de Westminster Christian School en Miami, Florida, ya traía consigo altas expectativas y en poco tiempo comenzó a cumplirlas.
Alex Rodríguez fue ascendido a las Mayores en el 1994 con sólo 18 años y ya para la campaña de 1996 terminó segundo en la votación de MVP al terminar como líder de bateo con .358, dobles (54), carreras anotadas (141) y promedio de bateo (.358) y obtuvo el primero de 14 selecciones consecutivas al Juego de Estrellas.
Luego de consolidarse como una de las grandes estrellas en Seattle, Rodríguez firmó un contrato sin precedentes por 10 años y $252 millones con los Rangers para así continuar su ascenso. En sus primeras tres campañas tuvo 156 jonrones, 569 hits y 359 carreras impulsadas, y en el 2003 fue ganador de su primer MVP a pesar que Texas terminó con un récord negativo (71-91).
Se convierte en Yankee
Hundidos en la mediocridad, los Rangers optaron por transferir a “A-Rod” a los Yankees por Alfonso Soriano y acordaron pagarle a Nueva York $67 millones de los $179 millones que restaban en el contrato del dominicano. Fue con los Yankees que el tercera base cementó su legado como uno de los grandes con números extraordinarios, pero sin poder esquivar polémicas en el terreno como fuera del mismo.
Ganó dos premios de MVP adicionales en el 2005 y 2007, y previo a la campaña del 2008 firmó otro acuerdo histórico de 10 años por $275 millones luego de ejercer la opción de salir del contrato firmado con Texas. Pero en el 2009 circularon rumores de su posible uso de esteroides que lo llevaron a admitir que los usó durante un tiempo con los Rangers. Y aunque los Yankees ganaron la Serie Mundial ese año, para el 2011 su producción comenzó a decaer por las lesiones.
En el 2013, mientras se recuperaba de una lesión en la cadera, Alex Rodríguez fue vinculado como eje central del escándalo Biogenesis en que varios peloteros obtuvieron alegadamente sustancias para mejorar el rendimiento lo que resultó en una suspensión de un año para el pelotero y una disputa legal con los Yankees y Major League Baseball.
Al final, Alex Rodríguez cumplió la suspensión, desistió de acciones legales y pidió disculpas. Regresó al béisbol en el 2015 y consiguió hitos importantes como su hit 3,000, bateó tres jonrones en un partido y pegó 30 jonrones o más por 15ta. vez en su carrera igualando con Hank Aaron, pero un año después anunció su retiro en medio de una discreta temporada.
“Por supuesto, creo que puedo jugar al béisbol”, dijo Alex Rodríguez al hacer al anuncio. “Uno siempre piensa que tiene algo más que dar. Ningún atleta nunca termina su carrera de la forma en que desea. Todos queremos seguir jugando para siempre”.
Alex Rodríguez se reinventa
A pesar de colgar los “spikes”, Rodríguez no se despidió del béisbol y se convirtió en analista con Fox Sports durante la postemporada y en el 2018 se unió a ESPN como analista para los partidos del domingo por la noche, entre otros.
“A-Rod” también expandió sus horizontes como empresario. Mientras jugaba béisbol fundó A-Rod Corp, que desde 2003 se ha asociado y invertido en más de 30 empresas valoradas en más de mil millones de dólares, según el sitio web de la empresa.
La compañía invierte en las bienes raíces y en negocios como concesionarios de automóviles y centros de salud y fitness, entre otros, y también ha participado como juez invitado en Shark Tank. Durante el tiempo que estuvo de pareja con la artista puertorriqueña Jennifer López realizaron inversiones importantes y hasta intentaron infructuosamente adquirir a los New York Mets.
Y aunque el sueño de Alex Rodríguez de ser propietario de los Mets se desvaneció, luego de su ruptura con López, el expelotero y el empresario Marc Lore finalizaron la compra de los Minnesota Timberwolves en la NBA por $1,500 millones, venta que también incluyó la adquisición de la franquicia de ka WNBA, las Minnesota Lynx.
O sea, aunque Alex Rodríguez ya no está haciendo swings en los diamantes, todavía pega “jonrones” en el campo empresarial. Por lo tanto, habrá “A-Rod” para rato. Nada mal para un muchacho dominicano que comenzó jugando en los parques de Miami a los ocho años hasta convertirse en una leyenda hispana.