Novak Djokovic (3°) se sobrepuso a un mal comienzo y derrotó por 2/6 6/3 6/2 y 6/4 a Cameron Norrie (12°) en las semifinales de Wimbledon (hierba/outdoor). En la final del domingo, el tenista serbio se medirá con el australiano Nick Kyrgios (40°) en el Centre Court del All England Lawn Tennis & Croquet Club. El campeón defensor intentará levantar su 21° trofeo de Grand Slam y coronarse por séptima vez en el torneo británico.
La labor de Djokovic fue fantástica. El primer set de Norrie fue sublime, desplegó un gran tenis y fue muy superior al balcánico, quien lució incómodo con el nivel del zurdo local. Tras un comienzo parejo en el segundo parcial, Nole lentamente fue inclinando la balanza y comenzó a poner en aprietos a su rival, una constante que se mantuvo hasta la conclusión del cotejo. Nunca más perdió su servicio desde allí el de Belgrado, apenas uno de los ítems en los que basó su triunfo. Regularidad, experiencia, estado físico y jerarquía fueron varios de los demás componentes que anexó a su gran juego, algo a lo que está acostumbrado. Argumentos más que suficientes para desmoronar los ímpetus del anfitrión.
La única semifinal del main draw masculino terminó en forma rápida en el césped de La Catedral, Djokovic se impuso tras dos horas y 35 minutos. Ahora va por Kyrgios, el último obstáculo a vencer para lograr el objetivo por el cual arribó a Londres. El tenista australiano, como se sabía, descansó por el retiro del español Rafael Nadal (4°), aquejado de un desgarro de 7 milímetros en el sector derecho de su músculo abdominal.
Curiosamente, el historial favorece a Kyrgios por 2 a 0. El competidor oceánico no perdió ningún set en sus dos triunfos seguidos ante Djokovic, ocurridos en el ATP 500 de Acapulco y en el Masters 1000 de Indian Wells, certámenes que están pegados en el calendario ATP. Pasaron 5 años y ahora dirimirán nada menos que la final de Wimbledon, la gran cita de la gira europea de pistas de hierba.