El gimnasta británico Nile Wilson, quien ganó medalla de bronce en barra fija en los Juegos Olímpicos de Río del 2016, señaló que se sienten “tratados como trozos de carne” y que sufren una “cultura de abuso” en el mundo de la gimnasia.
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Wilson habló con la BBC Sport y dijo que tenía miedo de hablar públicamente sobre sus preocupaciones, pues teme afectar a su selección para Juegos Olímpicos de Tokio, además de que tal vez puedan dejarle fuera de los juegos.
Sin embargo, decidió conversar con la BBC Sport, principalmente porque quedó con el “corazón roto” tras la resolución de la queja que presentó este año a su Club de Leeds Gymnastics Club. Sintió que “escondieron la queja debajo del tapete” sin prestar mayor importancia al tema.
Su queja no hacía referencia al entrenamiento o el equipo de entrenadores, sino que se trataba sobre un altercado que hubo con un superior del personal en un evento social del club. Después de que se hiciera un investigación interna en el Club, el agravio de Nile Wilson fue descartado y olvidado. Por este motivo, el gimnasta “sentía que no era escuchado” y consideró el proceso “poco profesional”.
“Nos hacen sentir miedo, miedo de hablar y expresar nuestras preocupaciones porque nos tienen a nosotros. Nuestro sustento está en sus manos”, comentó a la BBC Sports.
“Si expreso mi preocupación puede afectar a mi selección para los Juegos Olímpicos. Entonces nos quedamos callados y hacemos lo que nos dicen”, añade.
“Las medallas proporcionan fondos para que el deporte esté donde está. Así que nos quedamos callados y hacemos lo que nos dicen. Somos los que ganamos esas medallas, y sin embargo, los gimnastas son tratados como trozos de carne y somos los que menos reciben”, critica.
“Queríamos ganar medallas. Todos querían ganar medallas olímpicas, pero esta cultura de ‘ganar a toda costa’ supone una manipulación emocional a través del dolor físico. Creo que fue una metodología de entrenamiento en la que sentimos lo que se siente al vivir con miedo: actúas o hay una consecuencia. Y creo que eso te afecta emocionalmente más que nada”, dice el medallista olímpico.
“Lo describiría como una cultura de abuso. Lo he vivido durante 20 años. Y los padres y todos decíamos: ‘esto es gimnasia, esto es normal’. Esto existía y todavía existe hoy, y lo quiero cambiar”, explica.
“Todavía hay un desafío. Espero que mis palabras y mi historia puedan ayudar a seguir impulsando el cambio”.
“Uno de los grandes cambios que quiero ver es sentir que podemos expresar nuestras opiniones y no reprimirlas y hacer lo que nos dicen, porque tememos no ser seleccionados. Somos seres humanos, no pedazos de carne y quiero seguir impulsando el cambio. Se trata de divertirse, tener una sonrisa en la cara, querer trabajar duro, estar emocionado por conseguir logros, no tener miedo de que haya una consecuencia si no lo haces”, señala el deportista británico.
Hoy en día, tras abandonar el Club en el que estuvo durante 20 años, Nile Wilson se encuentra entrenando en su propio gimnasio de Rotherham. Para regresar a su antiguo Club de Leeds, piensa que deben volver a revisar la denuncia que presentó a principios de este años: “Siento que no puedo volver hasta que esto se revise una vez más”.