Kansas City Chiefs vs Philadelphia Eagles. Patrick Mahomes vs Jalen Hurts. El regreso de Rihanna en los escenarios durante el Show del Medio Tiempo. Estas y otras historias más revolucionarán el Super Bowl LVII en Arizona, de la que sin duda alguna, no podía faltar la presencia de la comunidad afrolatina.
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Isiah Pacheco y Robert Quinn son los protagonistas de este relato. Dos historias completamente diferentes por la carrera del Trofeo Vince Lombardi, pero ambos persiguiendo el honor de sus familias y de Puerto Rico, siendo un ejemplo de superación y resiliencia para encontrarse en el mejor escenario de todos.
Isiah Pacheco: La adversidad, su mayor rival
Nacido en New Jersey, pero de raíces boricuas, Isiah Pacheco desafió a todos los pronósticos para ser catalogado como uno de los mejores corredores de la NFL tras una temporada como novato de ensueño con los Chiefs en la que podría unirse a un grupo selecto de jugadores que consiguieron un anillo de Super Bowl en su primer año.
El camino que, al día de hoy está lleno de reflectores y de éxitos, no siempre fue así, pues la tristeza, las tragedias y las dudas inundaron su vida; obstáculos a los cuales tuvo que hacer frente desde muy joven para cumplir el sueño de toda su vida.
Pacheco, de 23 años de edad, ha demostrado a lo largo de su carrera que la palabra familia tiene un significado invaluable, especialmente por su hermano y su hermana, quienes han sido su motor de inspiración para ser el jugador que es hoy en día. Ambos lo ven brillar en el emparrillado desde el cielo luego de que fueron asesinados entre 2016 y 2018 cuando Isiah aún se encontraba en la preparatoria y después pasó a jugar para la Universidad de Rutgers.
“Nunca sé cuando será mi último turno. No hay que dar nada por sentado”, fue la respuesta de Pacheco cuando fue cuestionado sobre cómo ha sabido mantenerse en un nivel extraordinario en cada partido a pesar de vivir una trágica situación con la ausencia de sus dos hermanos.
Si bien es cierto que Isiah tuvo una destacada actuación en el colegial que lo llevó a ser invitado al Combine de la NFL, no corrió con tanta fortuna en el Draft 2022 tras ser seleccionado en la séptima y última ronda hasta el turno 30 por Kansas City. Esto, lo llevó a prepararse aún más y demostrar de lo que era capaz para ganarse un lugar en el equipo titular; puesto que se ganó a pulso en esta campaña tras reemplazar al lesionado Clyde Edwards-Helaire.
Desde entonces, el corredor de Vineland ha aportado 830 yardas con cinco anotaciones y promediando 4.9 yardas por acarreo en temporada regular. En tanto, en los Playoffs, sus números se resumen a un total de 121 yardas y 5.5 por acarreo; sorprendiendo a propios y extraños como la revelación del año.
Robert Quinn: la superación, una enseñanza de familia
El apellido Quinn dentro del deporte no puede pasar desapercibido. Si, por más curioso que parezca, Robert Quinn, ala defensiva de los Eagles, comparte la misma pasión como atleta junto a su hermana Jasmine Camacho, quien fuera medallista de oro olímpica en Tokio 2020.
Ambos saben a la perfección que el precio del éxito no es nada sencillo cuando la vida te pone barreras que no son nada favorables para seguir avanzando, especialmente Robert, quien tuvo que enfrentarse al duelo más importante contra su propia salud y llevar su carrera en la NFL al siguiente nivel.
“Nos dijeron que no iba a jugar nunca más”, confesó la madre de Robert, María Milagros Camacho en una entrevista con Telemundo luego de que en su etapa en la preparatoria sufriera un par de operaciones en la espalda y la cabeza, lo que puso en duda su continuidad y su aspiración a llegar a la NFL, donde también padeció con una lesión en la rodilla.
Ahora, con 32 años de edad y una veteranía de 11 temporadas dentro de los emparrillados, ha encontrado un lugar muy especial en la línea defensiva de Philadelphia tras ser canjeado desde los Chicago Bears en octubre. A pesar de no tener el impacto inmediato que se esperaba, solo una victoria lo separa de alcanzar el estrellato al igual que su hermana.
Sin duda alguna, la comunidad afrolatina estará pendiente de esta hazaña histórica el próximo 12 de febrero en Glendale, Arizona, ondeando por todos los alrededores de banderas de color rojo, azul, y blanco.
