Una temporada que comenzó con mucha promesa para Leonys Martín se le acaba de poner difícil luego se ser dejado libre por los Cleveland Indians.
Desempleado y en busca de un equipo que le brinde una nueva oportunidad de las Grandes Ligas, el jardinero cubano aún así tiene razones suficientes para sentirse bendecido por la vida.
Martín tiene la suerte de estar vivo, de poder ver a su familia y jugar el deporte que más lo apasiona luego de atravesar por un momento muy oscuro el año pasado a causa de una agresiva infección baterial que lo tuvo al borde de la muerte.
Después de pasar por una experiencia de esa índole, es natural que Martín contemple la vida de una manera muy diferente. Seguramente en estos días cuando reflexione sobre su situación actual pensará en las vicisitudes de salud del 2018 y de que cómo sobrevivió a la batalla más importante.
El ser dejado libre por los Indians con quienes bateó .199 con nueve jonrones y 19 carreras impulsadas en 65 juegos, posiblemente sea una piedra en el camino, de aquellas que muchos jugadores han encontrado en las Grandes Ligas, y aún así han salido hacia adelante.
Pero el estar al borde del abismo de la muerte, eso sí son cosas mayores. Martín puede dar fue de ello.
“Lo que me pasó a mí no se lo deseo a nadie, pero desgraciadamente son cosas que llegan y uno aprende de eso”, aseguró Martín cuando los Indians visitaron a los Miami Marlins a principios de temporada.
“Todo esto me ha hecho más fuerte y ser una mejor persona. Cada momento de mi vida lo disfruto más que antes. Todo dio un cambio de 180 grados para mí. Miro las cosas de manera diferente”.
El suceso de Martín es un ejemplo de cómo la vida puede cambiar de un momento a otro.
El pelotero cubano había llegado a los Indians en un cambio procedente de los Detroit Tigres a finales de julio y todo parecía irle a pedir de boca. En sus primeros 15 turnos coleccionó cinco hits, incluyendo dos jonrones, y cuatro remolcadas, y tenía la mirada puesto en jugar en su segunda postemporada después de hacerlo con los Chicago Cubs en el 2017.
El destino, sin embargo, fue otro. El 7 de agosto pegó un fly de sacrificio ante los Minnesota Twins y el próximo día no jugó debido a lo que se pensaba era un virus estomacal, y luego a tempranas horas del 9 de agosto fue llevado de emergencia al Cleveland Clinic.
Martín sufrió de una agresiva infección bacterial en la sangre que le creó toxinas que afectaron algunos órganos internos, incluyendo el corazón. El daño fue tan severo que su vida estuvo en peligro, y hasta el manager de los Indians, Terry Francona, pidió publicamente oraciones para su jugador durante una conferencia de prensa.
El cuerpo del nativo de Villa Clara, Cuba, respondió al tratamiento y logró recuperarse lo suficiente para ser dado de alta el 19 de agosto, 11 días después de ser hospitalizado. De ahí comenzó pruebas de seguimiento y un proceso de rehabilitación ya que en dos semanas perdió cerca de 40 libras y estaba muy debiltado. Su temporada en el diamante llegó a su fin.
Durante esa serie en Miami, a Martín se le humedecieron los ojos al dar las gracias por todas las oraciones, las muestras de apoyo de sus compañeros y otros jugadores en las Grandes Ligas, además del cuidado de los médicos y enfermeros del hospital.
En fin, estaba agradecido de tener una segunda oportunidad en la vida.
“Yo pasé tanto que no estaba seguro si iba a quedar bien, si iba a quedar con vida, y mírame donde estoy, jugando pelota y ciento por ciento saludable”, indicó el jardinero.
“Es algo que nunca olvidaré. Nunca pensé que iba a recibir tanto cariño de tanta gente en el mundo entero. No solo Estados Unidos y en los países latinos, sino desde Europa. Estoy aquí ahora por todas las oraciones de la gente de todo el mundo. Cualquier cosa que diga no es suficiente para agradecer todo ese apoyo”.
Martín retomó su carrera con los Indians y dijo sentirse muy afortunado de poder empuñar el bate y volver al diamante no sin antes afirmar que su perspectiva ante la vida cambió.
“Le digo a la gente que uno nunca debe menospreciar la vida. Hoy estamos aquí y mañana no sabemos. Yo estaba fuerte y saludable un día y al otro estaba en una sala de emergencia muriéndome”, reflexionó con emoción en la voz. “Hay que disfrutar la vida y vivir agradecido de lo que tenemos, y siempre pensar que hay gente peor que uno. Hay que disfrutar lo que uno tiene”.