“Mantente fuerte, cree en ti mismo, nunca te rindas”.
Ese fue el mensaje inspirador que Jasmine Camacho-Quinn compartió recientemente en sus redes sociales y que muy bien describen los cinco años que ha vivido la atleta puertorriqueña a la espera de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
La especialista de los 100 metros con vallas llegará a suelo nipón como una de las grandes esperanzas de la Isla del Encanto para obtener una medalla, pero también será una oportunidad de redención luego de la amarga experiencia en los Juegos de Río de Janiero 2016.
En un abarrotado estadio Olímpico de Río de Janeiro, sus sueños de medalla terminaron de forma abrupta en las semifinales. Camacho-Quinn saltó las primeras siete vallas sin problemas, pero derribó la octava y luego las siguientes para quedar así descalificada en la prueba.
La imagen de la corredora llorando al derribar la décima valla y posteriormente de rodillas en la pista entre lágrimas recorrió el mundo. En cuestión de segundos su sueño de subir al podio se desvaneció.
Luego del evento una desconsolada Jasmine dijo que “yo no estaba nerviosa. Estaba muy emocionada con llegar a la final” antes de pedir “perdón” al pueblo puertorriqueño mientras las lágrimas bajaban por sus mejillas.
Camacho-Quinn y su largo proceso de recuperación
Después de la frustrante experiencia en Río, han pasado cinco años -una más que los usuales cuatro años entre Juegos Olímpicos debido a la posposición del evento el año pasado debido a la pandemia.
Durante ese lapso de tiempo Camacho-Quinn tuvo que lidiar también con lesiones que obstaculizaron su participación con la delegación de Puerto Rico. Se perdió los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquillas 2018 por una lesión en una de sus rodillas y tampoco pudo asistir a los Juegos Panamericanos de Lima 2019.
Pero ahora con las lesiones y la decepción del 2016 en el pasado, la vallista puertorriqueña de 24 años desea ajustar cuentas en Tokio y conseguir lo que sería apenas la segunda presea del atletismo puertorriqueño luego que Javier Culson consiguió bronce en los Juegos de Londres 2012.
“Estoy bien entusiasmada y excitada por la oportunidad de estar en Tokio. Sé que no habrán fanáticos, pero eso no detendrá el show. Voy a ir a competir y dar lo mejor de mí”, indicó la vallista en una entrevista para el Comité Olímpico de Puerto Rico (COPUR).
Y hay razones de sobra para que reine el optimismo. Camacho-Quinn asistirá a la justa olímpica en su mejor momento luego de ganar 12 de sus últimas 13 carreras, varias de las pruebas siendo en la prestigiosa Liga Diamante, entre otras competencias importantes.
En su última carrera logró la victoria en el Gyulai István Memorial, en Hungría, evento que es parte del Continental Tour Gold de la World Athletics, con marca de 12.34 segundos. Quedó a sólo dos décimas de segundo de su mejor registro con 12.32 segundos -y el mejor del año en el mundo- establecido el pasado mes de abril en Gainsville, Florida.
Actualmente la boricua está quinta en el ranking de la Federación Internacional de Atletismo, convirtiéndose en una de las favoritas a subir el podio en los Juegos Olímpicos en Tokio.
“Huele a medalla olímpica para Jasmine Camacho-Quinn”, indicó la presidenta del Comité Olímpico de Puerto Rico, Sara Rosario, durante una reciente entrevista.
“Ha tenido sus altas y bajas, no pudo estar con nosotros en Barranquillas ni en Lima, pero hoy está ranqueada número uno y muy enfocado en los Juegos de Tokio. Está como navaja de dos filos como decimos aquí (en Puerto Rico). Hay esperanza de medalla para Puerto Rico”.