El AC Milan sigue soñando con Europa. Tres días después de su brillante victoria en la Copa Italia ante el Inter de Milán, el equipo ‘rossonero’ volvió a la dura realidad de la Serie A con una visita incómoda al Venecia, un rival desesperado por salvar la categoría. Y aunque sufrió más de lo esperado, logró salir con un trabajado triunfo por 0-2, gracias a un gol sobre la hora del mexicano Santiago Giménez, que definió el encuentro con una vaselina magistral en el tiempo de descuento.
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Después de su exhibición ante el eterno rival, el reto era mantener la concentración y la intensidad ante un adversario en el papel inferior pero mucho más necesitado. Sergio Conceição, técnico del Milan, sabía que este partido representaba una trampa: el peligro de relajarse era real. Y durante largos tramos, el Venecia logró poner en apuros a los lombardos, obligándolos a emplearse a fondo para evitar un descalabro que habría puesto en riesgo sus aspiraciones continentales.
El encuentro comenzó de la mejor manera para el Milan. Apenas al minuto 5, Christian Pulisic, máximo goleador del equipo en la temporada, finalizó una gran jugada colectiva con un remate certero en el área pequeña. El gol no solo reflejó el talento individual del estadounidense, sino también la fluidez ofensiva que ha ido recuperando el conjunto ‘rossonero’ tras el ajuste táctico que Conceição implementó en las últimas semanas, apostando por una defensa de tres centrales que da mayor solidez sin perder capacidad de ataque.
El gol temprano parecía presagiar una tarde tranquila, pero nada más lejos de la realidad. El Venecia, urgido por sumar, respondió con orgullo. No se limitó a defender y, poco a poco, fue adueñándose de la posesión. El Milan, aunque generaba peligro en las transiciones, también mostraba síntomas de desgaste físico y emocional tras el esfuerzo copero.
El gran susto para el Milan llegó al filo del descanso. El delantero Yeboah aprovechó un error defensivo para batir a Maignan y desatar la euforia local. Sin embargo, tras una larga revisión del VAR, el tanto fue anulado por un fuera de juego milimétrico. La decisión, aunque correcta, sirvió como advertencia para los visitantes: no podían permitirse relajaciones.
El segundo tiempo fue aún más trabado. El Venecia, cada vez más volcado en ataque, dejó espacios que el Milan no supo aprovechar para sentenciar. Loftus-Cheek, Leão y el propio Pulisic tuvieron oportunidades para liquidar, pero fallaron en el último toque. El partido se convirtió en una batalla física, con constantes interrupciones y tensión creciente tanto en el campo como en las gradas.
Cuando más apretaba el Venecia, apareció el héroe inesperado. Santiago Giménez, quien había ingresado como revulsivo, recibió un pase filtrado en el minuto 91, escapó de su marca y, ante la salida del portero, ejecutó una delicada vaselina que selló el 0-2 definitivo. El gol tuvo un significado especial: no solo aseguraba tres puntos de oro, sino que rompía una sequía personal de más de dos meses para el delantero mexicano, que no marcaba desde el 18 de febrero frente a su exequipo, el Feyenoord.
🇲🇽 ¡GOOOOOOL DE SANTI GIMENEZ!
🇲🇽 ¡GOOOOOOL DE SANTI GIMENEZ!¡En el último minuto del partido asegura la victoria para el Milan!
VOLVIÓ A MARCAR EL MEXICANO 👏 pic.twitter.com/T3lE7K5gbF
— ESPN.com.mx (@ESPNmx) April 27, 2025
Con este tanto, Giménez alcanzó su tercer gol en Serie A y el cuarto desde su llegada al Milan, confirmando que su adaptación, aunque no ha sido inmediata, empieza a dar frutos en el momento clave de la temporada.
El Milan sabe que su camino a las competiciones europeas sigue siendo cuesta arriba. En Serie A, se mantiene a cinco puntos de los puestos de Europa League (a falta de otros resultados), con solo 12 unidades en disputa. La otra vía, quizás más realista, es conquistar la Copa Italia, cuya final jugarán el próximo 14 de mayo frente al Bolonia. Ganar ese título aseguraría una plaza directa en la próxima Europa League.
Mientras el futuro del entrenador Sergio Conceição sigue en duda —a pesar de haber conquistado ya la Supercopa de Italia y de estar a las puertas de otro título—, el equipo ha mostrado signos de vida justo cuando más se necesitaban. La transformación táctica, el crecimiento de figuras como Pulisic, el paso adelante de Giménez, y la capacidad de sufrimiento demostrada en Venecia, alimentan la esperanza de un cierre de temporada digno para un Milan que, pese a todo, no renuncia a soñar.
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