Tres médicos que atendieron a Diego Armando Maradona poco antes de su muerte aseguraron este jueves durante el juicio contra siete profesionales de la salud por el fallecimiento del ídolo argentino que la operación en la cabeza a la que fue sometido poco antes de morir por indicación de su médico de cabecera, el imputado Leopoldo Luque, era innecesaria.
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“El paciente tenía que seguir en observación, pero no operarse”, dijo durante su declaración ante el tribunal el jefe de neurocirugía del sanatorio Ipensa, Guillermo Burry.
Maradona fue ingresado en el sanatorio Ipensa de la ciudad de La Plata (provincia de Buenos Aires) el 2 de noviembre de 2020, poco más de tres semanas antes de su fallecimiento, el 25 de noviembre.
“El paciente no demostraba un riesgo ni una emergencia quirúrgica”, mencionó Martin Cesarinni, neurólogo de Ipensa, y otro de los médicos del sanatorio que declaró en la audiencia de este viernes, la décima desde el comienzo de juicio el mes pasado.
Según describieron los médicos en su testimonio, Luque insistió en la necesidad de la cirugía y, sin la intervención de la familia, coordinó el traslado del exfutbolista a la Clínica Olivos, donde un día después, el 3 de noviembre, se le practicó la que sería la última operación antes de su fallecimiento.
Negligencias médicas con Maradona
Oscar Franco, médico cardiólogo que trató a Diego Armando Maradona dos meses antes de su muerte, declaró este jueves en el juicio contra siete profesionales de salud por el fallecimiento del ídolo argentino que su médico de cabecera, el imputado Leopoldo Luque, se negó a realizar al exfutbolista un estudio cardiológico que “podría haber evidenciado un riesgo potencial”.
El estudio en cuestión, indicado en pacientes hipertensos severos, con arritmia o signos de insuficiencia cardíaca, es de utilidad para detectar enfermedades coronarias y, según Franco, “podría haber evidenciado un riesgo potencial”.
Cuando Maradona acudió a Ipensa en septiembre de 2020 por problemas en las rodillas, Luque ordenó que se le realizara una endoscopía, procedimiento para el cual se necesitan estudios cardiológicos de rutina.
Si bien estos estudios no revelaron ninguna patología, Franco, al tanto de los antecedentes cardiológicos de Maradona, sugirió un estudio de mayor profundidad que, no obstante, “no era invasivo”.
“Pero Luque respondió por Whatsapp que él no estimaba hacerlo porque Maradona no toleraba estar mucho tiempo en una institución”, relató Franco, quien luego agregó que, a pesar de las afirmaciones de Luque, él se encontró con “un paciente receptivo”.
En este proceso, los jueces Maximiliano Savarino, Verónica Di Tommaso y Julieta Makintach deberán determinar si siete de los ocho acusados son culpables del delito de homicidio simple con dolo eventual, que tiene una pena máxima de 25 años de prisión.
Con información de Agencia EFE