Nunca estuve de acuerdo con los que hablan de los grandes “Ídolos” del mundo del deporte como ejemplos para la niñez. Claro que deben comportarse a la altura de lo que significan, pero no dejan de ser grandes exponentes de un deporte en particular y no ejemplos a seguir en todos los aspectos de sus vidas. Son seres humanos. El ejemplo para la juventud se debe dar en la casa y son los padres los responsables de dejar claro que el ejemplo de vida y las bases se dan en casa.
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Empiezo con esta reflexión por lo mucho que duele ver a un “ídolo” como Ronaldinho bajo arresto en Paraguay. Ese que nos lleno de fútbol, de magia, de fantasía y que protagonizó momentos inolvidables de nuestras vidas.
En un momento en el que el fútbol vivía un vacío que se prolongó desde los últimos cartuchos de Maradona, jugadores como Ronaldinho, Ronaldo y Zidane fueron los salvavidas del fútbol.
Ronaldinho ganó y fue protagonista de los dos logros más importantes de futbolista alguno. Ganó la Champions con el Barcelona y el Mundial del 2002 con Brasil. Además de que su historia se ve directamente relacionada en el principio del que sería el mejor de la historia Lio Messi, al que llegó a tener como compañero.
Ese es Ronaldinho, el de sus mejores años. El que generalmente cumplía con la cita del fútbol lírico y nos daba todo lo que tenía en cancha. Ese es el ídolo FUTBOLÍSTICO que quedará para siempre en nuestro recuerdo.
Ahora bajo arresto en Paraguay e involucrado incluso en lo que parece ser una investigación por lavado de dinero y además acusado de tratar de ingresar al país con un pasaporte paraguayo falso, Ronaldinho sigue siendo noticia. Esta vez por algo negativo y que habla mal de su comportamiento. Lo cierto es que fuera de la cancha siempre dejó mucho que desear.
El verlo celebrando con sus compañeros de cárcel después de un torneo de fútbol sala y siendo tratado como el crack en la cancha que fue, nos recuerda que la gente lo tendrá siempre como ese futbolista espectacular y lo demás se lo perdonan.
Debemos ser conscientes de que los deportistas muchas veces por su formación, falta de educación y carencias en general, a veces no pueden con la fama y su vida extra cancha termina siendo un fiasco.
Por eso los ídolos del deporte, son eso, del deporte, de cancha. Que sean ejemplares en el resto de sus actividades es valor agregado. Pero el “Ídolo” ya no juega y se quedó en la cancha.