Después de una de las peleas más esperadas del año, Jake Paul sufrió un duro nocaut ante Anthony Joshua, pero el evento se convirtió en un fenómeno global de audiencia. La transmisión en Netflix del combate celebrado el 19 de diciembre desde el Kaseya Center en Miami registró una audiencia promedio por minuto (AMA) de 33 millones de espectadores, colocándose entre los eventos de boxeo más vistos en la historia del streaming.
A pesar de la derrota por KO en el sexto asalto y de una fractura de mandíbula que requirió cirugía, el combate alcanzó el Top 10 de Netflix en 91 países y fue número uno en 45 mercados, incluidos Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, México y Argentina. En redes sociales, el impacto fue masivo, con más de 214 millones de impresiones del clip del nocaut en cámara lenta, lo que demuestra que, aunque Paul perdió sobre el ring, el evento fue un éxito comercial sin precedentes.
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Una caída millonaria… y aún así un récord para la era del streaming
La pelea entre Paul y Joshua también fue un hito financiero. Según los datos de la promotora, entre taquilla y ingresos asociados al evento se movieron al menos 184 millones de dólares, cifra que se repartió entre ambos boxeadores. A pesar de que este combate no superó el récord absoluto, quedó por detrás del histórico Paul vs. Mike Tyson que en 2024 alcanzó una audiencia AMA de 108 millones en Netflix —la más grande de la historia—, pero aún así se colocó entre los más vistos del Siglo XXI.
Este registro demuestra que, aunque Paul ya ha acumulado derrotas —su récord profesional ahora es 12–2, incluyendo el nocaut ante Joshua— su capacidad para generar audiencia y atención mediática sigue siendo enorme.
¿Qué dejó esta derrota para el “Problem Child”?
Más allá de los números, el nocaut de Joshua puso a Paul en una situación precaria desde el punto de vista físico: salió del ring con la mandíbula fracturada en dos lugares, requirió cirugía con placas de titanio y se espera que deba pasar un tiempo considerable fuera de acción para recuperarse completamente. Este escenario ha generado discusión sobre su futuro en el boxeo profesional, aunque Paul ha declarado su intención de volver y seguir generando peleas de alto impacto.
Así, lo que para muchos fue una “caída”, para el espectáculo significó una de las transmisiones más grandes del año y un nuevo récord en audiencias, reforzando la idea de que Jake Paul ya no es solo un influencer en el ring, sino una marca de entretenimiento global.