Luego de amasar una fortuna cercana a los $90 millones en su ilustre carrera como boxeador ahora el puertorriqueño Félix “Tito” Trinidad se encuentra en la pelea de su vida fuera del ring y en los tribunales.
Trinidad, excampeón mundial de boxeo en tres divisiones, enfrenta graves problemas financieros por antiguas inversiones realizadas por su exasesor y debido a un millonario préstamo bancario que el expúgil alegadamente busca no pagar al deshacerse de parte de su patrimonio.
El Banco Popular, la principal institución bancaria en Puerto Rico, no quiere dañar su imagen poco menos que dejar en la calle a la leyenda viva del pugilismo puertorriqueño, pero tampoco quiere quedarse sin los cerca de $14 millones que le restan por cobrar de un préstamo concedido al expúgil.
La entidad bancaria asegura que ha tratado hasta ahora con mimo este caso por tratarse de Trinidad, quien ganó su fama en históricas veladas en los años noventa y la primera década de los 2000.
El vicepresidente ejecutivo de Servicios Financieros y Seguros del Banco Popular, Juan Guerrero, explicó en una reunión con medios puertorriqueños que el acuerdo suscrito entre las partes hace seis años está en peligro, una vez que los intereses de la cartera de inversiones del exboxeador no rinden más.
El banco y Trinidad suscribieron en 2014 un acuerdo de préstamo de $22 millones basado en una cartera de inversiones de $40 millones que le suponían al exboxeador ingresos de $63,550 mensuales, pero la mala marcha de esos fondos hizo que la entidad financiera anunciara que a partir de marzo no habrá dinero para el deportista.
El enfrentamiento entre las partes incluye una reclamación por parte de Trinidad ante la Asociación para la Reglamentación de la Industria Financiera (Finra).
El Banco Popular demandó por su parte ante el Tribunal de Primera Instancia de San Juan a Trinidad por incumplimiento del pago del préstamo que se le concedió, de $22 millones, de los que quedan por abonar los citados cerca de $14 millones.
La entidad financiera, ante la sospecha de impago y después de que el boxeador transfiriera algunas de sus propiedades a terceros en un supuesto intento de no hacer frente al pago de su préstamo, presentó el pasado mes de noviembre una reclamación que atiende el Tribunal de Primera Instancia de San Juan, que deberá determinar la situación de Trinidad hasta que se resuelva el litigio.
Trinidad: “Es abusivo y mal intencionado”
“Banco Popular ha insistido en tratar de embargar mis propiedades, vehículos y todo el dinero que pueda tener en cuentas. Por parte del banco es abusivo y mal intencionado, porque le voy a demostrar que no he tenido culpa de nada. Estamos trabajando para hacerles saber que toda la culpa es de ellos”, indicó Trinidad al diario puertorriqueño Primera Hora.
“Confié en Banco Popular, Popular Securities y en José Ramos (exasesor financiero). Puse todo mi dinero en manos de ellos porque, supuestamente, eran las mejores personas para mantener el capital que con tanto esfuerzo me gané junto con mi padre y que me hayan pagado de esta manera. Quiero que el pueblo sepa de las injusticias que han cometido contra nosotros”, agregó el púgil que se retiró en el 2008 con récord de 42-3 y 35 nocauts.
El origen de la controversia está en 2010, cuando Trinidad pidió $22 millones al Banco Popular para saldar una línea de crédito con Wells Fargo, la casa de corretaje que gestionaba entonces las inversiones de Trinidad, préstamo garantizado con unas inversiones de Trinidad que en esos momentos se elevaban a cerca de $40 millones.
El préstamo que Trinidad recibió de Wells Fargo y que saldó con el dinero del Banco Popular era para saldar, a su vez, otra línea de crédito que había tomado inicialmente de UBS Financial Services, entidad que en un primer momento asesoró al campeón.
Desde 2013, con los problemas derivados del impago por parte del Gobierno de los bonos de Puerto Rico, el patrimonio de Trinidad se vino a pique debido a que la cartera de inversiones del boxeador perdió valor con la decisión del gubernamental de no hacer frente a sus compromisos de deuda.
En estos momentos la cartera de inversiones de Trinidad ha perdido mucho valor y se acerca a los $6 millones, lo que no genera intereses necesarios para que el Banco Popular pueda cobrar su deuda y ni para que el exdeportista pueda recibir sus $63,550 mensuales, tal y como establece el acuerdo.
Eric Quetglas, principal abogado de Trinidad, denunció que el banco pretende dejar a su representado sin nada.
“No solamente dicen que les debe $15 millones, sino que además le quieren quitar todo lo que tiene. El banco que se supone que sea del pueblo, quiere destruir al héroe más grande que tiene Puerto Rico”, indicó Quetglas al diario Primera Hora.
“Hay un mandato donde presentamos una petición y entendemos que hay un estatus de que no pueden congelar las cuentas. El banco está tratando de variarlo donde el entendido era que se quedaba como estaba. Ahora están preocupados porque el colateral ha ido disminuyendo. Es por culpa de ellos”, agregó.
Este laberinto financiero de préstamos y nuevos préstamos para saldar antiguas deudas pone en peligro la situación económica del boxeador, probablemente el deportista vivo más querido de Puerto Rico.
En su carrera, Trinidad consiguió grandes victorias en el ring sobre peleadores como Oscar de la Hoya, Fernando Vargas, Pernell Whitaker y William Joppy, entre otros, pero ahora en su batalla más importante, los puños no podrán determinar el desenlace.
Su futuro económico está en manos de las cortes, un pleito que tiene a los medios puertorriqueños y los seguidores del púgil en vilo.
(Información de EFE fue utilizada para complementar este artículo)