La emoción para los atletas de participar en unos Juegos Olímpicos resulta algo indescriptible, y más cuando resultas vencedor de tu prueba y/o te adjudicas con una medalla; sin embargo, en muy pocas ocasiones, esa euforia resulta contraprudecente cuando no sabes manejarla adecuadamente, tal como es el caso del boxeador Aidan Walsh.
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El irlandés tuvo un episodio poco ortodoxo en Tokyo 2020 cuando fue nombrado como el vencedor del combate por los cuartos de final ante el mauriciano Merven Clair, ya que los sentimientos se voltearon en su contra causándole una lesión en el tobillo mientras festejaba con un salto en el ring por su pase a la semifinal.
Por ende, Walsh se vio obligado a renunciar a su boleto en el que enfrentaría al británico Pat McCormack, quedándose sin opciones de pelear por la presea de oro o plata; no obstante, debido a las normas del pugilismo olímpico en el que entregan una medalla de bronce tanto al tercer como cuarto lugar, el boxeador de 24 años partirá a casa con el reconocimiento de ser uno de los cuatro mejores del peso wélter.
Roniel Iglesias de Cuba, conquistó el podio con una victoria contundente de 5-0 ante McCormack, quien se quedó con el segundo puesto; mientras que el ruso Andréi Zamkovói acompañó a Walsh con el bronce.