La propuesta ya está sobre la mesa. Que se aprueba, pues esos son otros 20 pesos.
Las Grandes Ligas dio luz verde el lunes a los propietarios de los equipos para que sometan al sindicato de peloteros una propuesta que despejaría el camino para que arranque la campaña para el 4 de julio, pero la parte económica y el protocolo para enfrentar el coronavirus será seguramente un punto de gran debate y una espina en el costado durante el proceso de negociación.
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Varios medios de comunicación ya reportaron algunos detalles sobre la propuesta que no deben causar mayores conflictos en ciertas áreas ya que los cambios serán necesarios para poder jugar béisbol en medio de esta pandemia del Covid-19.
Algunos de los detalles que transcendieron en los medios fueron:
* Un calendario de 82 partidos en lugar de 162 encuentros (Es lo más sabio ante las circunstancias actuales)
* Un corto entrenamiento primaveral a mediados de junio para iniciar oficialmente la temporada. (Suena bien, tampoco se pueden tirar al terreno sin botar el moho)
* Una postemporada expandida a 14 equipos en lugar de 10 (muy interesante y esto podría abrir las puertas a un futuro cambio en el formato)
* Partidos en sus estadios locales donde sea permitido o jugar en otra sede, y sin público. (No hay de otra, es imposible que haya personas viendo los juegos en las gradas)
* El uso de bateador designado en ambas ligas. (Esto debieron haberlo hecho hace tiempo)
* Sólo partidos dentro de la misma división de ambas ligas, o sea, el Este de la Liga Nacional jugaría entre ellos y también contra sus similares de la Liga Americana. (Una gran opción ante la situación actual para así evitar los viajes largos)
* Rosters expandidos de 26 a 30 jugadores. (Con pocos o ningún día de descanso hay que tener refuerzos)
* El Juego de Estrellas para el 18 de julio en Los Angeles será cancelado (No tiene sentido celebrarlo y más aún sin público).
Ahora bien, ahora es que entramos en territorio espinoso que podría convertirse en una traba para el béisbol.
Creo que sería un error y algo muy detrimental para el deporte que los dueños y jugadores no puedan ponerse deacuerdo para jugar béisbol debido a discrepancias sobre la parte económica. Dicho esto, dentro de la propuesta supuestamente hay una parte que los salarios de los jugadores en el 2020 estarían basados en una división de 50-50 de las ganancias que las Grandes Ligas generaría durante la temporada regular y la postemporada.
A menos que haya habido alguna discrepancia en esa información, luce muy difícil que los jugadores acepten esa propuesta -al menos de esa manera formulada- ya que indirectamente es como aceptar un tope salarial, algo que por años el sindicato no ha aceptado -y probablemente nunca lo harán en el futuro como quedó demostrado durante la infame huelga del 1994 que se extendió hasta el 1995.
Es cierto que estamos viviendo una situación extraordinaria por el coronavirus, pero los jugadores seguramente pedirán que se cumpla con el acuerdo del pasado marzo en que los salarios de los jugadores serían prorrateados sobre una campaña de 162 encuentros, aunque en ese momento no se había contemplado el jugar sin público y quizás fuera de sus estadios locales, y con reestricciones de viajes, entre otras cosas, lo que es un golpe económico para los equipos.
Estoy seguro que habrá un tranque en ese punto. Ojalá pueden encontrar un punto medio para superar lo que luce como un obstáculo real para que haya béisbol en el 2020.
Otro punto que también podría causar desacuerdos son los protocolos médicos y pruebas que establecerán las Grandes Ligas y los equipos para así proteger los jugadores y sus trabajadores del coronavirus. Es lógico que haya preocupación ya que estos tienen familia y hay integrantes del equipo como los entrenadores que están con mayores riesgos de sufrir algún percance debido a un posible contagio.
¿Qué pasaría si un jugador da positivo? ¿Será puesto en cuarentena? ¿Y, que pasaría con el resto del equipo? ¿Y que se hará si un jugador o varios deciden que no jugarán para evitar cualquier riesgo? Podemos seguir así formulando otras preguntas…
Son muchas las interrogantes que todavía quedan por responder antes que haya un grito de “Play Ball”.