En la historia de las Grandes Ligas se han lanzado apenas 23 juegos perfectos, por eso es considerado la divina rareza del béisbol.
Veintisiete bateadores se acomodan en el plato para enfrentar al lanzador y los 27 son retirados.
Y entonces está el “perfecto que no fue” de Armando Galarraga un 2 de junio del 2010 en el Comerica Park en Detroit contra los Indios de Cleveland cuando el venezolano mantuvo un control absoluta de las acciones desde la lomita de los suspiros.
ENTREVISTA EN SIN FILTRO: Armando Galarraga
Con dos outs en la novena y todo el mundo con los nervios de punta, Galarraga estaba a un solo out de alcanzar la gloria y escribir su nombre como el 21er pitcher en lanzar un juego perfecto.
Entonces Jason Donald conectó un roletazo entre segunda y primera base que fue fildeado por el inicialista Miguel Cabrera, quien hizo un tiro hacia la primera donde el abridor venezolano fue a cubrir.
Galarraga capturó el disparo de Cabrera y sonrió, levantó en alto su guante y comenzó a marcar el out con su mano derecha. Por unos breves segundos alcanzó el olimpo de los lanzadores, pero el sueño se desvaneció abruptamente cuando el árbitro Jim Joyce declaró quieto a Donald.
Para esa época no existía la repetición instantánea para jugadas de esta índole, por lo tanto, no había mucho lo que se podía hacer. Galarraga miraba de forma incrédula a Joyce, Cabrera se puso las manos en la cabeza al igual que sus compañeros en el dugout, y los espectadores se quedaron en silencio.
El dirigente de los Tigres, Jim Leyland, salió del dugout a discutir y los abucheos comenzaron a retumbar en el estadio, y luego que comenzaron a trascender las repeticiones de la jugada, y pues Joyce se había equivocada ya que Donald fue retirado de forma clara.. Fue “out de calle” como dicen los fans latinoamericanos.
El derecho entonces sacó el último out para así sellar la blanqueada por 3-0 sobre los Indios, pero como era de esperarse la polémica jugada se convirtió en foco de atención y discordia ya que el error del árbitro le costó el juego perfecto.
Leyland y sus jugadores estaban molestos -y con razón- y salieron al terreno después del último out para confrontar a Joyce en medio de abucheos. El árbitro aguantó la descarga como un guerrero.
“Estoy triste”, dijo Galarraga después del encuentro a los medios de comunicación. “Acabo de ver la repetición 20 veces y no hay forma de que lo cantes quieto”.
Joyce también vio la repetición y se dio cuenta que cometió un error. De forma valiente pidió ver a Galarraga para pedirle disculpas. Con lágrimas en los ojos, lo abrazó y se disculpó.
“Ha sido la decisión más importante de mi carrera. Le acabo de quitar un juego perfecto a ese chico”, dijo un visiblemente afectado Joyce. “Pensé que (Donald) había llegado antes que el tiro. Estaba convencido de que llegó antes, hasta que vi la repetición”.
⚾ Armando Galarraga relevó en Sin Filtro todo lo que pasó tras aquel “juego perfecto no perfecto” de hace 10 años. ??
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— UNANIMO Deportes (@UnanimoDeportes) June 2, 2020
El próximo día, un afectado Joyce se limpió sus lágrimas a medida que entraba al terreno en Detroit para el partido final entre los Tigres y los Indios. Luego Galarraga se dirigió al plato para hacer entrega de la tarjeta de alineación de su equipo. En la breve reunión concilatoria Joyce estrechó su mano con Galarraga y le dio una palmada en el hombro.
De ese modo, se pasó la página a un desafortunado suceso que le robó a Galarraga el momento de gloria de todo lanzador en las Grandes Ligas.
Por siempre el nombre de Galarraga quedará en el recuerdo por haber lanzado el “juego perfecto no perfecto”, aunque ante los ojos del mundo del béisbol tuvo una noche perfecta.