Mucho se habla de la rivalidad histórica entre los New York Yankees y los Boston Red Sox, pero cuando inicie este lunes las dos series divisionales en la Liga Americana tendremos una versión moderna entre los protagonistas Yankees vs. Tampa Bay Rays y los Oakland Athletics vs. Houston Astros.
Hay mala sangre entre estos rivales que lucharán por obtener el pase a la Serie de Campeonato y no se sorprendan que hayan algunos fuegos artificiales, y no me refiero a bambinazos, ya que durante la campaña regular hubo varios dimes y diretes entre las novenas.
La animosidad entre los Yankees y Rays lleva varios años y este año aumentó el nivel cuando el cerrador cubano Aroldis Chapman le envió un misil de 101 millas por horas a la cabeza de Mike Brosseau, de los Rays, un acto tan peligroso que rayó en lo criminal y casi desata un incidente después del partido.
Es posible que se le zafó el lanzamiento, pero cuando tomas en consideración que los pitchers de los Yankees han golpeado en 19 ocasiones a los bateadores de los Rays desde el 2018, y los Mulos también han recibido los suyos, pues para muestra un botón.
La molestias del manager de Tampa Bay, Kevin Cash, con el lanzamiento fue tal que declaró que “Tengo a toda una cuadrilla de tipos que lanzan a 98 millas por hora” como advertencia a los Yankees, que perdieron este año ocho de los 10 partidos contra los Rays.
Kevin Kiermaier, jardinero de los Rays, lo resume sencillamente al decir que “No les simpatizamos a ellos, ellos tampoco nos simpatizan, y las cosas seguirán siendo así” lo que llevó al jarinero de los Yankees, Brett Gardner, responder que “Pienso que el sentimiento probablemente es mutuo”.
¿Quién ganará?
Olvídese de lo que pasó en la temporada regular. Ahora es que cuenta y en una serie al mejor de cinco no hay espacio para dejarse llevar por las emociones y actividades extracurriculares del pasado.
Los Rays tienen una ventaja clara en cuanto al cuerpo monticular con la presencia de los abridores Blake Snell, Tyler Glasnow, Charlie Morton y Ryan Yarbrough, y un bullpen de primera con Nick Anderson, Peter Fairbanks, Chaz Roe y Diego Castillo, entre otros. Y siempre he dicho que el pitcheo es lo que gana en la postemporada.
Los Yankees tienen un verdadero as en Gerrit Cole, pero necesitarán lo mejor de Masahiro Tanaka, J.A. Happ y el dominicano Deivi García, mientras que su bullpen yankee tiene interrogantes a excepción de Chapman ya que Zack Britton, Adam Ottavino y Chad Green no han estado muy efectivos como en el pasado.
Nueva York apostará -como siempre- a sus bombarderos donde ahí se llevan a los Rays. DJ LeMahieu, Gleyber Torres, Aaron Judge, Giancarlo Stanton, Luke Voit, Gary Sánchez, Brett Gardner, Aaron Hicks y Gio Urshela forman una poderosa alineación que viene de producir 22 carreras en la barrida de dos juegos contra los Cleveland Indians.
Los Rays no tendrán grandes nombres, pero la pandilla de Cash se las ingenia para producir carreras y por eso ganaron 40 juegos durante la campaña regular y barrieron a los Blue Jays en dos juegos. Algo están haciendo bien y eso es bateo oportuno.
Predicción: Los Yankees en cinco. Creo que la ofensiva encontrará la manera de descifrar al buen pitcheo de los Rays.
Astros vs. Athletics
En el caso de los Athletics y Astros, las dos novenas no tenían un historial de animosidad como el caso de sus similares en la otra serie divisional. Houston había ganado el título del Oeste en las últimas tres campañas y en dos de ellas Oakland terminó segundo.
Sin embargo, todo cambió el pasado noviembre cuando Mike Fiers, exlanzador de los Astros cuando ganaron la Serie Mundial del 2017 y ahora miembro de los Athletics, reveló a The Athletic el esquema de robo de señales que Houston utilizó cuando ganaron el campeonato lo que desató un escándalo que le costó el puesto al manager AJ Hinch y el gerente general Jeff Ludlow.
Friers fue criticado por algunos por ser “chota” y los Astros fueron declarados “tramposos” por el mundo. Durante la campaña regular no hubo “ajuste de cuentas” ya que Friers no lanzó contra sus excompañeros en las tres series y hasta el momento no está programado para abrir en la Serie de Campeonato. ¿Será una mera coincidencia? Pues pronto lo sabremos.
Y entonces está la bronca del pasado 9 de agosto cuando el jardinero de los Athletics, Ramón Laureano, se molestó a raíz de un segundo pelotazo y encaró al dugout de los Astros luego de un intercambio de palabras con el coach puertorriqueño Alex Cintrón, quien fue suspendido por 20 juegos, y Laureano recibió un castigo de seis.
¿Quién ganará?
Una serie muy pareja a pesar que Oakland ganó siete de los 10 partidos del 2020 y desbancaron a los Astros del trono del Oeste.
Los Athletics tienen una ventaja en el cuerpo monticular con Chris Bassitt, quien dominó en dos ocasiones a los Astros en la temporada regular, y luego seguirán en la rotación dependiendo del resultado el dominicano Frankie Montás, el peruano-venezolano Jesús Luzardo, Sean Manaea o Mike Minor, y el bullpen es uno de los mejores con el cerrador Liam Hendriks, además de Yusmeiro Petit, Jake Diekman y Lou Trivino.
Los Astros, que extrañarán a Justin Verlander, tendrán Lance McCullers Jr., el dominicano Framber Valdez y Zack Greinke como sus primeros tres en la rotación y luego decidirán de ser necesario entre el mexicano José Urquidy y Cristian Javier, y su bullpen no es tan fuerte en comparación a sus rivales.
Ahora, una de las intangibles en esta serie es si la ofensiva de Houston logra salir de su letargo. Una alineación compuesta por George Springer, el venezolano José Altuve, el boricua Carlos Correa, Alex Bregman, el cubano Yuli Gurriel, Michael Brantley, Kyle Tucker y Josh Reddick puede ser una pesadilla si explotan para los lanzadores de Oakland.
Lo mismo puede decirse de los bateadores de los Athletics con Kris Davis, Matt Olson, Marcus Semien, Sean Murphy, Tommy La Stella, Ramón Laureano y Stephen Piscotty.
Predicción: Si bien el pitcheo gana las series en postemporada, pienso que los Astros se quitaron de encima un gran peso cuando eliminaron en dos partidos a los Minnesota Twins, y la ofensiva se rebelará vs. Oakland. Por eso, me voy con Houston en cinco partidos.