Me encontraba en el lobby del hotel Grand Hyatt en el corazón de Manhattan en Nueva York. Corría el frío otoño de 1999 y la Serie Mundial entre los Bravos de Atlanta y los Yankees.
Junto a mí, sentado y lleno de anéctodas, estaba el legendario ex pelotero cubano Tony Taylor y entonces coach de los Marlins de Florida.
Mientras charlábamos, veía pasar una nutrida caravana de astros del presente y pasado de la pelota. Entre ellos, el inmortal serpentinero Tom Seaver.
“’¿How you doing ‘TT?’”, saludó con estusiasmo el ex astro de los Mets y Rojos (también jugó con los White Sox y los Red Sox) mientras estrechaba la mano de Taylor y luego la mía. “So nice to see you”.
Aquella corta, pero significativa visita me impresionó e hizo que creciera de manera particular mi interés en la historia del cubano. Un miembro del Salón de la Fama con más de 300 victorias en su carrera reconociendo la presencia del ex jugador de cuadro interior en aquel vestíbulo repleto de estrellas.
“¿Sabes porqué me saludó?”, me preguntó ‘TT’. “Siempre le bateé bien. Fue por respeto”.
Aquel gesto fue el microcosmos del respeto que el mundo del béisbol sentía por el cubano que murió el jueves pasado a los 84 años.
Heartbroken today with the news of Tony Taylor’s passing. To me, he was more than a former teammate… he was my best friend and one of finest human beings on the planet pic.twitter.com/enXxCvzu1k
— Dick Allen (@DickAllen_15) July 16, 2020
Taylor jugó partes de 15 temporadas para los Filis en una carrera de 19 años. Jugó 2,195 juegos de Grandes Ligas, conectó 2,007 hits para un promedio de bateo de .261 y anotó 1,005 carreras.
El All-Star de 1960 amasó más triples (86) que jonrones (75) y robó 234 bases, incluidas seis temporadas de 20 o más.
Conocido como “TT”, Taylor es uno de 12 Filis que cuenta más de 1,500 hits. Ocupa el quinto lugar en la historia de la franquicia en juegos jugados (1,669), séptimo en sencillos (1,178) y segundo en incogibles como emergente (54).
Tenía una habilidad especial para los momentos de presión: fue un bateador de .300 durante su carrera desde la 7ma a la 9na entrada.
Jugó las cuatro posiciones dentro del cuadro interior y el jardín izquierdo, aunque fue principalmente un segunda base. Sus 1003 juegos en el segundo saco son sólo superados por Chase Utley.
Conocido principalmente por su defensa, Taylor tuvo un porcentaje de fildeo de .976 en una carrera que abarcó casi dos décadas.
“Tony fue sin lugar a dudas uno de los Filis más populares de su generación o de cualquier otra”, dijo el ejecutivo de los Filis, John Middleton, en un comunicado del equipo. “Su talento en el béisbol solo fue superado por su personalidad cálida y atractiva”.
Después de su carrera como jugador, Taylor se desempeñó como entrenador en las mayores para los Filis de 1977-79 y 1988-89, así como para los Marlins de Florida de 1999-2001 y 2004.
Antonio Nemesio Taylor nació en el centro de Álava, Cuba. Se marchó de la isla a los 18 años para jugar pelota independiente en un club de Texas (que luego se mudó a Thibodaux, Louisiana) en la Liga Evangeline.
Debutó en 1958 y se hizo amigo cercano de la leyenda de los Cachorros, Ernie Banks. Taylor fue cambiado a los Filis en mayo de 1960 junto con Cal Neeman a cambio de Don Cardwell y Ed Bouchee.
Eternamente alegre y positivo, su nombre fue siempre sinónimo de clase.
Nota: Seaver, quien fue elegido al Salón de la Fama en 1992 después de una espectacular carrera de 20 años en la que ganó el premio al Novato del Año de la Liga Nacional en 1967, fue 12 veces All-Star y se llevó a casa tres Premios Cy Young, en 1969, 1973 y 1975, fue diagnosticado con demencia en 2019.