A partir del siguiente torneo, el fútbol mexicano profesional tendrá un nuevo equipo que al participar en el Ascenso MX tratará de echar raíces en Baja California Sur.
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El denominado Atlético La Paz es resultado de la compra de la compra del Tampico Madero, un club legendario del balompié cuyo proyecto no pudo consolidar el Grupo Orlegi, propietario de Santos Laguna y Atlas.
La misión del conjunto sudcaliforniano será evangelizar con el fútbol a una región donde el béisbol y el baloncesto dominan la escena.
Ahora bien, aunque su propietario cuenta con bastante dinero para sacar a flote a un club de fútbol profesional, deberá sacar a relucir su experiencia en el mundo de los negocios para sopesar que jugará en una división donde actualmente no se brinda la posibilidad de ascender a la Liga MX, una de las varias razones por las cuales otros equipos han terminado cambiando de sede, vendiendo su franquicia y en el peor de los casos hasta desapareciendo.
Estos son nuestros colores y nuestro escudo. Somos Club Atlético La Paz: vuélvete parte de esta nueva historia. #SomosPAZION pic.twitter.com/VzIaBaYvIw
— Club Atlético La Paz (@atleticolapaz) April 21, 2022
Sin derecho de ascender
Hace dos años, los dueños de los 18 equipos de la Liga MX acordaron la desaparición del descenso y ascenso durante cinco años, esto con el objetivo de “apoyar al desarrollo” de una infraestructura más sólida en el Ascenso MX, pues la mayoría de los clubes adolecían de estabilidad financiera y de arraigo en sus ciudades sede.
El plan sonaba interesante desde esa perspectiva, pues varias de las plazas en la también denominada Liga de Plata ni siquiera reunían los requisitos indispensables para convertirse en sedes de Primera División, esto en caso de que sus respectivos equipos terminaran campeones y lograran ascender.
Otros de los problemas detectados en el circuito de ascenso era el frecuente desplazamiento de algunos equipos que cambian una ciudad por otra buscando atraer recursos económicos para mantenerse a flote.
Clubes como Zacatepec, Cafetaleros de Tapachula, Irapuato, Cimarrones de Sonora, Alacranes de Durango y Neza FC, encabezan una larga lista de franquicias que tuvieron que mudarse o ser vendidas, pues nunca lograron encontrar equilibrio entre los ingresos que percibían contra lo que debían pagar.
Otro punto a destacar es que la mayoría de los equipos que lograban ascender a la Liga MX, poco tiempo después terminaban por perder la categoría, pues sus recursos económicos eran insuficientes para contratar a futbolistas de primer nivel competitivo.
Debido a lo anteriormente descrito es que desaparecer el descenso en la Liga MX aparentemente era lo más sano.
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— Club Atlético La Paz (@atleticolapaz) April 21, 2022
El otro lado del balón
Para la mayoría de los equipos del Ascenso MX el hecho de no poder llegar al máximo circuito ha resultado desastroso pese al apoyo financiero que reciben de la Liga MX bajo el pretexto de profesionalizarse mejor.
Al estar conscientes de que sus equipos están condenados a permanecer en la segunda categoría del fútbol profesional, los aficionados se han alejado de los estadios, esto pese a que ya se levantó la emergencia sanitaria provocada por la pandemia.
Asimismo, a varios de estos clubes o bien les redujeron sus derechos para transmitir sus partidos en televisión de paga e incluso se dio el caso de que se quedaron sin contratos.
Por otra parte, al no tener exposición en la pantalla chica, algunos patrocinadores se retiraron del fútbol de ascenso y esto golpeó todavía más al bolsillo de los dueños de equipos.
Y si a esto le sumamos que el apoyo financiero que recibían de los gobiernos estatales quedó prohibido, pues entonces el panorama a futuro en Ascenso luce muy complicado.
El hobbie de un tequilero
El nombre del empresario Arturo Lomelí está ligado a la producción de un tequila de excelencia y por ende que se exporta a regiones como Europa, Asia y en América a Estados Unidos.
La calidad de agave que maneja la marca Clase Azul, propiedad del magnate mexicano, es tan valorada que el costo promedio de cada una de sus botellas alcanza hasta dos mil dólares.
Por ello, lo que menos le falta a Lomelí es dinero y de ahí también sea un casi un filántropo del fútbol.
Entre sus hobbies figura el fútbol y el ejemplo más palpable es que desde hace años es propietario de los Mazorqueros de Ciudad Guzmán, un equipo del estado de Jalisco que juega en la Segunda División y del cual no obtiene ingresos.
Bajo este planteamiento, al enterarse de que Grupo Orlegi estaba vendiendo la franquicia del Tampico Madero, decidió adquirirla para crear un nuevo proyecto denominado Atlético La Paz, al cual habrá que seguirle la huella para ver hasta dónde llega.