Roma está dividida futbolísticamente en dos equipos, la Roma y la Lazio, y en dos equipos, la ideología política vive permanentemente adherida a sus hinchas y el fascismo ha sido parte de que esa rivalidad crezca, o dicho de otra forma, Benito Mussolini se encargó de dividir aunque en su origen, ambos compartían ideas con el ‘Duce’.
La mascota del equipo, fue adoptada por sus fundadores en representación del Imperio Romano, algo que Benito Mussolini adoptó sin pensarlo dos veces durante sus años como socio y tifosi del equipo y que más tarde utilizó como bandera política
Hoy el Águila que aparece previo a los partidos sobrevolando el Estadio Olímpico, recuerda los años de Mussolini y para encontrar una conexión más, el adiestrador fue sorprendido haciendo el saludo fascista a finales del año pasado, después confesó ser admirador de Mussolini y Franco, por lo que el club rescindió su contrato de forma inmediata.
Evidentemente es solo un sector de la hinchada de la Lazio la que ha protagonizado estos lamentables incidentes y la directiva del cuadro celeste siempre ha declarado mantenerse al margen de cuestiones políticas y en contra del fascismo y la ultraderecha.
Aunque vale la pena aclarar que no siempre fue así, ya que durante los 70s, en la época que la barra brava del club tomó fuerza, tuvieron a Giorgio Chinaglia, uno de los jugadores más queridos por la afición de la Lazio pero con ideas de ultraderecha y que además formó parte activa del primer grupo fascista de aficionados del equipo, conocidos como los ‘Commandos Monteverde Lazio’.
Chinaglia no solo compartía ideas políticas con ese sector de aficionados del equipo, patrocinó este grupo de hinchas que cada quince días entraban al Olímpico con cierta impunidad para ‘animar’ al equipo y meter miedo entre las aficiones de los equipos rivales.
Pero eso solo es un episodio de esa Lazio de los 70s pues el mismo Chinaglia confesó que ese plantel que años más tarde logró ganar por primera vez el título de la Serie A, estaba dividido entre los de ultraderecha y los que no congeniaban, que desde luego eran marginados del plantel y hasta recibieron algunas amenazas con pistola en mano.
Ese grupo de jugadores quedó marcado para siempre en la historia del club, para bien y para mal pues con el paso del tiempo, no solo le dieron un título en 1974, sino que además Chinaglia fue presidente del equipo (aunque con él bajo el mando, descendieron en 1984) y la otra figura del equipo, Luigi Martini fue miembro de un partido de ultraderecha en Italia.
Ese fue solo el comienzo de una lista negra de episodios que nacen desde la curva norte del Estadio Olímpico y que a pesar de los intentos de la directiva, este grupo radical conocido hoy como los ‘Irriducilibili’ y que en los últimos años aprovecha en derbi de la capital para mostrar banderas con un tono racista y en el equipo encontraron a jugadores como Paolo Di Canio, que festejaba los goles con el saludo fascista, lo que increíblemente lo transformó en ídolo de este sector. Fue el mismo Di Canio quien en su autobiografía se encargó de afirmar que era partidario del nacionalismo y fiel seguidor de Benito Mussolini.
El fantasma de Mussolini persigue a la Lazio
Y ya que estamos con el dictador y tifosi de la Lazio, su bisnieto forma parte del plantel del equipo, Romano Benito Floriani Mussolini y hace unos meses, el entrenador lo convocó para un partido de Serie A ante el Verona y sin jugar un solo minuto de ese partido, el sector radical de la Lazio estuvo coreando el nombre de su bisabuelo.
La huella que ha dejado el fascismo es algo que no todos los que forman parte de la directiva y los jugadores del equipo comparten y hay quien realmente la ha pasado mal portando esa camiseta sin conocer los orígenes de ultraderecha del equipo (o al menos de un sector de su afición)
Uno de ellos fue el delantero Djibril Cissé, que se fue del club en el 2012 luego de recibir amenazas y encontrarse con banderas en las que recibió insultos de tipo racista, algo que también vivieron el israelí, Eyal Golasa, quien se encontró con una bandera en el estadio Olímpico que decía: “Mussolini debe estar revolviéndose en su tumba por ver a un israelí con la camiseta de la Lazio”.
Y por último, el capítulo más reciente lo vivió el defensa de Albania, Elseid Hysaj, llegó a la Lazio y cuando fue presentado con sus compañeros tuvo que cumplir con un rito de ‘iniciación’ en Italia, subirse a cantar una canción, por aquel momento, la serie de moda era ‘La Casa de Papel’, que durante su primera temporada usó el ‘Bella Ciao’ y el defensa albano no tuvo mejor idea que cantarla mientras sus compañeros la subían a redes sociales.
Al día siguiente, el futbolista de la Lazio recibió todo tipo de insultos y amenazas, recordando que el equipo es fascista pues la canción que utilizó era una especie de himno anti fascista y aunque el club se desmarcó de esto, los hinchas no olvidan este episodio.