Carlos Alcaraz (29°) obtuvo el Río Open (arcilla/outdoor), el segundo título de su cosecha personal en la misma cantidad de finales. En el cotejo decisivo, el tenista español de apenas 18 años se impuso al argentino Diego Schwartzman (14°) por 6/4 y 6/2 en poco menos de una hora y media de juego. El flamante campeón continúa pisando fuerte en el tour, desde el lunes se ubicará en la vigésima posición del ranking, la mejor en su corta carrera.
Alcaraz fue muy superior a Schwartzman en la Quadra Guga Kuerten, el estadio principal del Jockey Club Brasileiro. Una vez que rompió el servicio de su oponente en el noveno juego del primer set, el ibérico se hizo dueño de la escena y pasó por encima a un agotado Peque. Ambos finalistas habían tenido doble turno el día anterior, ya que desde el jueves la lluvia hizo de las suyas y obligó a postergar varios partidos. El viernes casi no hubo actividad en el certamen, lo que llevó a los organizadores a compactar la posterior agenda.
Por ende, el sábado hubo tráfico de encuentros en el ATP 500 brasileño. Tanto Alcaraz como Schwartzman debieron ganar sus compromisos de los cuartos de final y semifinal ese mismo día, con muy pocas horas de descanso entre un cruce y otro. Por ejemplo, el murciano debió eliminar en fila a dos adversarios de jerarquía como los italianos Matteo Berrettini (6°) y Fabio Fognini (38°), victorias que reflejan lo complejo que fue su camino a la coronación, además de la estirpe de su vencido en el duelo por el trofeo, ex top ten y actualmente merodeando el lote de elite.
Tras su consagración en Río de Janeiro, Alcaraz evaluó su futuro inmediato y decidió no presentarse en el Abierto Mexicano Telcel (cemento/outdoor) la semana entrante, otro ATP 500 aunque en una superficie distinta. El británico Cameron Norrie (12°), un tenista que también celebró este domingo, en el ATP 250 de Delray Beach (cemento/outdoor), lo esperaba en el debut pero su lugar será ocupado por el alemán Daniel Altmaier (84°), quien atravesó con éxito la fase previa.