Redacción deportes, 19 oct (EFE).- El ecuatoriano Richard Carapaz (Ineos Grenadiers) tendrá en la 75 Vuelta a España, a partir de este martes, la oportunidad de reivindicar su condición de líder dentro de la todopoderosa formación británica que en este extraño 2020 no está viviendo sus mejores momentos.
Carapaz se fue a la formación de Dave Brailsford con el objetivo de reeditar su victoria del 2019 en el Giro de Italia pero el cambio de fechas en el calendario mundial ciclista por la pandemia del coronavirus le obligó a variar por completo sus planes y salir en el Tour como apoyo a su compañero Egan Bernal, que en ningún momento dio la sensación de tener opciones de poder optar a una segunda victoria consecutiva en París.
En Italia, con el Giro todavía disputándose, los Ineos no empezaron mucho mejor en cuanto a la pelea por el jersey rosa, tras una espectacular caída de su líder Geraint Thomas en una neutralizada que le terminó mandando para casa, aunque tras reciclarse a ganar etapas, acumulan cuatro triunfos parciales, han encontrado en el británico Tao Geoghegan Hart la opción de seguir mirando hacia el rosa.
En Irún, el de Carchi y los compañeros de equipo que deberán apoyarle volverán a encontrarse con el Jumbo Visma, la misma máquina, en apariencia imbatible, que sometió a su criterio la carrera francesa durante 19 días, hasta que vio dejó que se le escurriera entre las manos el triunfo que todos daban por hecho del esloveno Primoz Roglic el penúltimo día por el golpe de mano de su compatriota Tadej Pogacar (UAE Emirates).
En 2019, con las relaciones completamente rotas con su anterior equipo Movistar, Carapaz fue baja de ultimísima hora en la Vuelta y no tomó la salida en las Salinas de Torrevieja (Alicante), así que no pudo vivir como el ex saltador de esquí, al que todos apuntan ahora de nuevo como máximo favorito para volver a hacerse con la ‘roja’ tanto por su fortaleza individual como por el gigantesco potencial de sus siete acompañantes, se anotaba su primera gran carrera por etapas.
Aunque en la línea de salida estará el británico de origen keniano Chris Froome, en las que serán sus últimas pedaladas oficiales en el Ineos con el que ha conquistado las siete grandes vueltas que figuran en su palmarés pero lejos de su mejor momento deportivo, salvo que la carretera diga lo contrario, el liderazgo de los hombres de negro recaerá en Carapaz.
En la Vuelta se pondrá en juego el duelo por la supremacía entre los dos equipos a priori más potentes del pelotón mundial este año, Jumbo Visma e Ineos Grenadiers, algo que sin embargo no han sido capaces de confirmar ninguno de los dos ni en el Tour ni en el Giro, aunque en Italia todavía les queda una semana a los británicos para intentar enderezar la situación.
El pulso por las carreteras del norte de España entre ambos se prevé de una intensidad máxima, en la que ninguno de ellos se guardará nada en la recámara, aunque a priori la potencial fortaleza de la formación de los tulipanes supera a la de los británicos.
Junto a Roglic estarán otros cuatro ciclistas que estuvieron en el pasado Tour y dos ellos, Tom Dumoulin y Sepp Kuss además de trabajar en favor del esloveno fueron séptimo y decimoquinto respectivamente en la clasificación final.
Por todo ello, el ecuatoriano deberá ser capaz de demostrar que puede plantar cara a un rival que parece inexpugnable. Eso ya lo hizo con su triunfo en el Giro de Italia con un Movistar que no aparecía como el más fuerte de la carrera.
No solo el potencial de una u otra formación debe ser el que decante la balanza en la Vuelta, sino que habrá otros equipos que tratarán de aprovechar el trabajo que ambos hagan para dar el golpe de gracia. En el Tour ya pasó y en una temporada en la que las certezas son efímeras, la Vuelta se apresta a vivir una edición de diamantes en la que Ineos Grenadiers y Jumbo Visma saldrán a demostrar quien es el jefe del pelotón.
José Luis Sorolla
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