Ahora, con sus placas colgadas entre las leyendas en el Salón de la Fama del Béisbol, podemos decir oficialmente que Latinoamérica tiene a dos nuevos inmortales.
El cerrador panameño Mariano Rivera y el puertorriqueño Edgar Martínez ocuparon el domingo sus lugares en el recinto sagrado del béisbol junto a Mike Mussina, Lee Smith, Harold Baines y el fenecido Roy Halladay como miembros de la Clase del 2019 en Cooperstown, Nueva York.
En una tarde calurosa y con una gran número de banderas de Puerto Rico y Panamá entre el público en el Clark Sports Center, se escucharon gritos de “¡Mariano! ¡Mariano! ¡Mariano!” y “¡Edgar! ¡Edgar! ¡Edgar!” cuando les tocó sus respectivas presentaciones.
Rivera fue el último en subir al podio y tal y como se esperaba fue el que más bullicio causó debido a la presencia de un gran contingente de panameños y fanáticos de los New York Yankees.
“No entiendo el por qué siempre tengo que ser el último”, dijo Rivera arrancando carcajadas entre sus nuevos compañeros en el Salón de la Fama y todos los presentes que lo aplaudían. “Supongo que ser el último es algo especial”.
Rivera, quien es apenas el segundo istmeño en recibir el máximo honor junto a Rod Carew, indicó que desde niño quería ser futbolista como el legendario brasileño Pelé, pero que sus habilidades lo llevaron al béisbol.
Recordó que se fue de Panamá en 1990 luego de pactar con la organización de los Yankees cuando tenía 20 años, sin pensar que algún día llegaría a las Grandes Ligas y menos aún al Salón de la Fama.
Luego agradeció el apoyo de los panameños durante toda su carrera de 19 años con Nueva York.
“Para mi Panamá querida. Algo especial que aprendí a hacer fue siempre donde iba, representar a Panamá y dar lo mejor de mí por Panamá”, dijo Rivera. “A todo el pueblo panameño, a todo fanático latinoamericano, esto es de ustedes. Los amo mucho, de una manera muy especial”.
“Gracias por permitirme crecer en esa república hermosa. Gracias a Puerto Caimito, a mi gente de Puerto Caimito”, agregó un emocionado Rivera, quien también tuvos palabras de agradecimiento para sus ex compañeros, entre ellos, Derek Jeter, Jorge Posada, Andy Pettitte y Bernie Williams, y el manager Joe Torre y la familia Steinbrenner.
Fanáticos de Mariano Rivera inician el popular grito de "Marianooo… Mariano…" cuando fue presentado por primera vez como un Hall of Famer.
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Rivera se convirtió en el primer jugador en ingresar al “Nicho de los Inmortales” de forma unánime luego de terminar como líder de todos tiempos en partidos salvados con 652 y una efectividad de por vida de 2.21. También tuvo unos números de postemporada increíbles con récord de 8-1, 42 salvados y 0.70 de promedio de carreras limpias, además de cinco anillos de campeón de Serie Mundial con los Yankees.
Mientras que Rivera entró en su primer año de elegibilidad, para Martínez la espera fue larga para entrar al Salón de la Fama y convertirse en el quinto boricua en ser exaltado.
“Estoy honrado y recibo con modestia el estar aquí de pie”, dijo Martínez durante su discurso. “Cuesta creer que un sueño que empezó cuando tenía 10 años haya acabado aquí. Cuando por primera vez vi a Roberto Clemente, lo único que quería era jugar pelota. Es todo un honor tener mi placa en el Salón de la Fama junto a la suya”.
Martínez, quien se unió a Clemente, Orlando “Peruchín” Cepeda, Roberto Alomar e Iván Rodríguez como los únicos boricuas con placas en el prestigioso museo en Cooperstown, hizo un agradecimioento especial al barrio Maguayo, en la ciudad de Dorado, donde se crió.
“Mi historia es sencilla, criado en mi barrio rodeado de gente humilde con buenas intenciones. Gracias, y nos vemos pronto”, dijo en español el otrora jugador de los Seattle Mariners.
El camino de Martínez al templo del béisbol no fue fácil ya que firmó a los 20 años para jugar profesionalmente -una edad avanzada en esos tiempos- y no fue hasta los 27 años que tuvo la oportunidad de jugar de forma regular en Seattle.
Sin embargo, el temible bateador derecho aprovechó sus 18 años en el uniforme de los Mariners. Ganó dos campeonatos de bateo y fue el mejor bateador designado en cinco ocasiones, un premio que ahora lleva su nombre. Aún así, tuvo que esperar hasta su 10mo y último año de elegibilidad en la votación de la Asociación de Cronistas de Béisbol Norteamérica (BBWAA) para alcanzar el mínimo requerido de 75%, logrando 85.4%.
Un grupo de puertorriqueños muestra su apoyo por Edgar Martínez previo al inicio de la ceremonia.
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“Este es un día que nunca imaginé iba a ocurrir cuando crecía en Puerto Rico. La verdad es que tuve momentos en los últimos 10 años que pensé que no iba a pasar. Estoy muy agradecido y orgulloso”, señaló Martínez, quien tuvo una mención especial para los fanáticos de los Mariners.
“Gracias por siempre haberme apoyado. El respaldo que me dieron es lo que me tiene aquí. Estoy muy feliz de haber estado con ustedes hasta el final de mi carrera”, agregó.