Carlos Correa no pudo haber escogido mejor momento para conectar su primer jonrón en esta postemporada.
Con un swing en la 11ma entrada el puertorriqueño puso fin a un duelo monticular al dejar en el terreno por 3-2 a los New York Yankees para nivelar a un triunfo por bando la Serie de Campeonato de la Liga Americana.
Pero más importante aún es que Correa parece que ya está recuperando su forma luego de una accidentada campaña regular plagada por lesiones. Y eso son buenas noticias para los Astros en su búsqueda por conquistar el título de la Serie Mundial por segunda vez en los últimos tres años.
Que sabroso revivir el momento de anoche con las palabras de @FRomeroAstros… ¡Tóma tu paletón!#LosAstros | #Retomemos pic.twitter.com/Wh2tawaMKd
— Astros de Houston (@LosAstros) October 14, 2019
Si bien la ofensiva de los Astros es quizás la mejor en las Grandes Ligas con figuras como Alex Bregman, José Altuve, George Springer, Yuli Gurriel y Michael Bradley, entre otros, un Correa sano y en la “zona” en la caja de bateadores, transforma la alineación en una más temible.
Correa es el “X Factor” de los Astros.
Cuando el torpedero boricua está en óptimas condiciones es uno de los peloteros más completos -y mejores- en las Mayores. Te puede acabar el baile con su guante y el bate, tal y como hizo el domingo contra los Yankees.
En la segunda entrada, conectó un doble remolcador para darle una tempranera ventaja de 1-0 a su equipo.
Luego en el sexto episodio, Correa salvó a los Astros con una gran jugada defensiva en que demostró su gran instinto en el juego.
Brett Gardner pegó un líneazo endemoniado que golpeó el guante del segunda base José Altuve, y Correa salió corriendo en busca de la pelota que rebotó y cayó a pocos metros de la intermedia.
DJ LeMahieu, quien estaba en segunda base, fue enviado al plato por el coach de tercera base de los Yankees, Phil Nevin, pero Correa hizo un disparo perfecto al receptor Robinson Chirinos para fusilar a LeMahieu y poner fin de forma espectacular al episodio.
Exhale @Astros fans. @TeamCJCorrea with the heads up play and this game stays tied! #ALCS pic.twitter.com/eBvrQx9qG3
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Entonces llegó la 11ma entrada cuando Correa abrió con su bambinazo ganador contra J.A. Happ, un batazo que muy bien pudo haber cambiado el giro completo de la serie.
No es lo mismo llegar al Yankee Stadium con la serie igualada a 1-1 para los próximos tres encuentros que estar en desventaja de 0-2 en territorio enemigo.
Si bien es sólo un partido, la actuación de Correa podría ser el comienzo de un gran despertar. Durante la celebración parecía como si se hubiese quitado un gran peso de encima.
El puertorriqueño, que bateó .279 con 21 jonrones y 59 carreras impulsadas en 75 juegos, se perdió dos meses de acción a principios del verano luego de sufrir una fractura de costilla mientras recibía un masaje. Luego, se vio afectado por molestias en la espalda que le costaron casi otro mes, y a finales de septiembre se perdió los últimos seis encuentros de los Astros de la campaña regular.
En la Serie Divisional contra los Tampa Bay Rays bateó tres incogibles en 17 turnos (.158) con una impulsada y en el primer juego contra los Yankees se fue de 3-0.
No es lo que uno está acostumbrado ver de un talento como Correa, quien por mucho tiempo fue el tercer o cuarto bate de los Astros, antes que las lesiones lo sacaran de carrera.
Ahora el manager A.J. Hinch lo tiene como séptimo bate, pero no lo pierdan de vista. Correa puede hacer tanto daño como cualquiera de sus compañeros de equipo. Y si su actuación del domingo es un preámbulo de cosas buenas por venir, entonces los lanzadores rivales pueden estar en serios problemas.