El caricaturista hondureño Chaveztoon, con más de 20 años de trayectoria en uno de los principales diarios de su país, muestra las luces y sombras del mejor 10 de la historia del fútbol en su más reciente libro, “Maradona, con unas cuantas líneas”.
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El título cargado de ironía es una “declaración de intenciones” de Luis Chávez, el nombre verdadero de Chaveztoon, quien pese a ser desde niño un gran admirador del argentino Diego Armando Maradona, para él el mejor futbolista de todos los tiempos, no ha querido hacer una apología del ya desaparecido “Pelusa” (1960-2020).
Con el humor como herramienta, en el libro se tocan “absolutamente todas” las facetas de la “compleja personalidad” del astro argentino fallecido en 2020, incluyendo su adicción a las drogas, subraya a Efe Chávez, quien reside desde hace tres años en Indiana, Estados Unidos.
Chaveztoon ha creado 120 caricaturas editoriales nuevas, algunas “mudas” y otras con “bocadillos”, para “Maradona, con unas cuantas líneas”, publicado por la editorial La Pereza de Gainesville, Florida, que antes publicó su libro ilustrado infantil “El rescate del príncipe encantado”.
Cada caricatura funciona por si misma y el sentido de unidad lo da Maradona, explica en una entrevista telefónica.
Las caricaturas no siguen un orden cronológico, porque el autor abordó a su personaje como cuando uno rememora a un ser querido y los recuerdos llegan de manera desordenada como “pulsiones”.
Según Chaveztoon, si se contemplan por separado y fuera del contexto del libro hay caricaturas que puede hacer creer que su autor odia a Maradona y otras que, por el contrario, sugieren que lo venera como a Dios o a un santo.
“Es innegable que Maradona es el tipo de ícono cuya personalidad se presta a ser desmenuzada para comprenderlo mejor a él y de paso comprendernos a nosotros mismos”, dice Chaveztoon.
Por más que Maradona no fuera ejemplar en muchas cosas, tenía ese “elemento extra” que iba más allá de las “puras capacidades de juego” y que hacía que pudiera “empujar a un equipo y hacer que cada jugador alrededor de él fuera mejor”.
En 1986, cuando todavía estaba en la escuela, el caricaturista, que ahora tiene 47 años, se hizo fanático de Maradona aunque sin llegar al extremo -“no he tenido nunca un pleito con nadie por él”, dice- viéndole jugar en el campeonato mundial de México.
Como a todos los aficionados al fútbol, Chávez quedó deslumbrado con el juego de Maradona en el partido de cuartos de final en el que Argentina venció a Inglaterra por 2-1. Como muchos, Chaveztoon cree que fue una “venganza simbólica” por la derrota sufrida en la guerra contra los británicos por las islas Malvinas en 1982.
Una de las caricaturas del libro está dedicado al segundo gol marcado por Maradona en ese partido, cuatro minutos después del conocido como “la mano de Dios”, “el más infame y el más conocido de todos los goles”.
Antes de este libro, Chaveztoon dibujó muchas veces a Maradona, pues en su larga época en el Diario Tiempo de San Pedro Sula hizo caricatura política y también deportiva. Recuerda haber tocado el escándalo de la cocaína, su expulsión del Mundial de 1994 y sus insultos al hoy expresidente estadounidense George W. Bush.
El caricaturista hondureño cree que Maradona hizo “muchas idioteces” como “pegar a su novia, consumir drogas o disparar a periodistas con un rifle de balines”, pero no es eso lo que lo hace excepcional ni por lo que será recordado.
Como personajes “secundarios” aparecen en las caricaturas de “Maradona, con unas cuantas líneas” están Claudio Caniggia, Jorge Valdano, Carlos Salvador Bilardo, Oscar Ruggieri o Víctor Hugo Morales y otros ajenos al mundo del fútbol.
En una de las caricaturas Maradona juega al fútbol con Fidel Castro, Hugo Chávez y Evo Morales, pero en otra aparece jugando con el “Tío Sam” porque “también le gustaba el dinero”, con el narcotraficante colombiano Pablo Escobar y con un mafioso italiano, dice Chaveztoon. (EFE)