Por Luis F. Sánchez /Especial
@luisfsanchez6
El regreso de NASCAR al Autódromo Internacional de Homestead-Miami el 13 y 14 de junio próximo, por primera vez en su historia sin público, será una carrera contra los detalles.
Al García, presidente del enorme complejo deportivo de 650 acres, es apenas una de las dos o tres personas que acuden diariamente al autódromo, que en tiempos normales acoge a unos 60 empleados permanentes y durante las carreras convoca a 6.000 trabajadores temporales.
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Entre el 13 y 14 de junio se realizarán cuatro carrreras oficiales de NASCAR, en lugar de las tradicionales tres.
La serie nacional de autos estándar se reanudó el domingo pasado en el autódromo de Darlington, en Carolina del sur, y la experiencia fue muy valiosa para lo que se presentará en Homestead-Miami.
“Todo tenemos que hacerlo con mucho cuidado: el aislamiento, la distancia social y el uso obligatorio de las mascarillas”, explicó García. “El automovilismo es un deporte muy sociable, los mecánicos de los equipos suelen compartir inquietudes, los expertos en suspensión, en sistemas eléctricos, en mecánica, etc., se consultan entre ellos. Ahora eso ya no existe”.
En la actualidad todos están separados, se comunican por Zoom, ese sistema de teleconferencias que ha estallado con la pandemia. Las áreas del autódromo están descontaminadas, y antes de ingresar todos tienen que pasar los tests. Los pilotos se comunican con sus ingenieros vía computadora o celular y una vez suben a sus bólidos todo es como era antes.
“Por lo visto en Darlington, comprobamos que el producto no sufrió. La carrera fue muy emocionante y la lucha por los primeros puestos fue tenaz”, comentó García. “Si no hubiese sido que a veces las cámaras enfocaban las tribunas vacías, uno hubiese creído que estaba viendo una carrera como antes de la pandemia”.
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En Miami se correrán cuatro carreras de NASCAR: el sábado 13 se abrirá la jornada a mediodía con la Truck Series sobre 201 millas y a las 3:30 pm se correrá la primera de las dos pruebas de la Xfinity Series; el domingo 14 de junio (3:30 pm) se disputará la Dixie Vodka 400 de la Cup Series, sobre 400 millas; y a mediodía será la segunda de las pruebas de la Xfinity Series, sobre 250 millas.
Originalmente, este programa iba a realizarse en marzo pasado, pero tuvo que aplazarse por la pandemia. Como bono, los aficionados tendrán la oportunidad de ver una carrera más de la Xfinity Series, que inicialmente estaba pautada para el 13 de junio en Iowa.
Dos corredores de origen hispano serán la atracción en Homestead-Miami: El cubanoamericano Aric Almirola, quien en brillante comienzo de temporada marcha en séptimo lugar con su Ford; y el mexicano Daniel Suárez, quien se viene adaptando a su nuevo equipo y pese a ello va mejorando en cada salida con su Toyota.
Mientras en las pistas los pilotos despliegan toda su audacia para conquistar el primer puesto, entre bambalinas (computadores y celulares) se trabaja con enorme cuidado para no dejar ningún detalle al azar.
“Casi a diario converso con el gobernador de Florida, con los alcaldes de Miami-Dade y Homestead, con los jefes de Policía, Bomberos y rescate para que NASCAR pueda adecuarse a las regulaciones que rigen en el sur de la Florida”, explicó García. “Por ejemplo, usualmente para las carreras solicitamos 100 miembros del personal del cuerpo de Bomberos y rescate, pero esta vez hemos pedido 120, e igual pedimos una cantidad mayor de personas para cada función, porque todas los que tengan acceso al autódromo tendrán que pasar las pruebas y estar con la temperatura normal; en caso contrario no podrán ingresar y debemos tener listo al reemplazante. No queremos poner nada en peligro”.
La logística para la carrera es alucinante. Los pilotos llegarán a Miami en el avión de su propio equipo y serán trasladados en el helicóptero directamente al autódromo. Con anticipación, cada uno de los equipos ha hecho el traslado de todo lo necesario para la carrera, incluyendo la casacoche donde queda alojado cada piloto.
Los encuentros personales del piloto con el ingeniero del equipo y sus mecánicos son casi nulos. Todo es vía Zoom.
“Todavía faltan unas semanas para la carrera y vamos a ver cómo estarán las cosas para entonces”, agregó García. “Quizás pueda haber la opción de permitir el ingreso de un 20 por ciento de la capacidad del autódromo para el público. Tenemos que determinar el acceso de los periodistas. En Darlington había un pool de cuatro periodistas que repartió la información de la carrera a todos los medios”.
Ahora Garcia, nacido en Miami, hijo de padres cubanos y fundador del autódromo que este año celebra su 25 aniversario, afirmó que la mayoría de los empleados trabajan desde la casa, pero él va a la oficina todos los días no solo para hacer las coordinaciones de las próximas carreras y enlaces entre las autoridades de NASCAR y de Miami y Homestead, sino para comprobar que todo funciona.
“Son 45 edificios los que conforman el autódromo y somos tres o cuatro personas que estamos en este lugar todos los días”, dijo García. “Hay que darle mantenimiento al aire acondicionado, a las áreas verdes y chequear cuidadosamente todas las instalaciones para que cuando vengan los pilotos y sus equipos no haya sorpresas”.
García dijo que antes del 13 de junio no habrá ninguna actividad en el autódromo. En años normales, la Semana de la Velocidad de NASCAR generaba 318 millones de dólares en ingresos para el sur de la Florida y creaba 6.000 puestos de trabajo. Más de 300 días al año, las instalaciones estaban ocupadas con contratos con Ferrari, Ford, Suzuki y empresas que filmaban ahí publicidad.
“Esta pandemia nos ha complicado mucho las cosas, no hemos pedido ayuda al gobierno para no quitarle a otros que necesitan más que nosotros”, precisó García. “Por derechos de TV, esta carrera representa el 50% de los ingresos que usualmente recibimos. Por eso nos cuidamos tanto para no poner en riesgo esas ganancias”.