DE FRENTE Messi sigue siendo el rey

Vivimos en un mundo desafortunadamente polarizado y simplista porque polarizar permite afirmar sin argumentar. Se es blanco o negro y desafortunadamente eso nos recuerda aquella frase de Maradona quien afirmó que el “siempre sería o blanco o negro y jamás sería gris”.

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Quizá Maradona desde su ingenua y muy limitada capacidad intelectual pensó que su afirmación era toda una declaración de personalidad, pero nunca consultó ni estudió ni aprendió que la mayoría de los seres humanos habitamos en “la gama de grises” para usar su particular definición.

Carácter no es polarizar y eso es lo que sucede cuando hoy nos referimos a dos jugadores “bestiales” de nuestra época como Lionel Messi y Cristiano Ronaldo.

Sus seguidores, desde cada una de sus veredas se posicionan como si fueran batallones a la guerra y entonces nos encontramos con un grupo más sectario y recalcitrante (los seguidores del lusitano) que intentan siempre, más que apoyar a su ídolo con todo derecho, a desprestigiar a su rival generacional…No esperan que le vaya bien a Cristiano, sino que le vaya mal a Messi.

La semana que pasó nos mostró una evidencia de ello con un absurdo video en el que Lionel camina uno segundos en la cancha durante el partido ante el Dynamo de Kiev en donde sus autores (no conozco ni quiero conocer a quien lo difundió inicialmente) lo único que pretenden es generar un sentimiento de desprestigio en contra del 10 argentino.

Eso es lo que en fútbol los mismos jugadores llaman con toda certeza “mala leche”. ¿Qué jugador en el mundo corre literalmente los 90 y tantos minutos de un partido?  Que yo sepa ninguno, ni Arturo Vidal que es el más claro exponente físico de la combatividad desde el fútbol lo hace. ¿Ganas de llamar la atención? o ganas de pretender causar daño. Las dos versiones son terribles, la primera por la necesidad megalómana de sentirse protagonista y al segundo con el perfil psicópata de persecución.

La inteligencia luego corrió por cuenta de Koeman, quien este la conferencia previa al partido con Betis defendió al jugador (no necesita defensa) y luego desde la elección de la nomina no se si pensando en ello o no, el haber dejado a Messi en el banco la primera mitad ante el Betis nos dejó claro a toda la realidad de Lionel.

Un Barça con Messi en la segunda parte que sólo necesito de él 3 minutos para empezar a cambiar la cara de su equipo y de paso regalarle un gol a Griezmann. El Barça sin Messi es un equipo “corriente”.

La segunda parte de Lionel parecía haberle contestado (espero que no) al tarado autor del video. Imperial habría que definir el segundo tiempo de Messi.

De su mano el equipo goleó a un Betis que le saco los colores al Barcelona en la primera mitad y que se fue al descanso con un empate. Dos goles y lo más importante, el lenguaje corporal diferente que hacia rato no le veíamos a Messi.

Jugó y sonrió. Demuestra ser el centro del equipo en algo que es perfectamente entendible si miramos que este colectivo se rehace o mejor se reconstruye desde la estrechez de su tesorería.

A Koeman hay que darle crédito por atreverse con un equipo a futuro, pero eso no implica que deba prescindir de Messi. Con él en el campo es otro Barcelona sin pretender afirmar que Cronos (Chronos en griego para evitar confusiones entre Dioses) no ha pasado y a sus 33 años es el mismo. No. cada cosa en su lugar. Messi ya no es tan determinante como antes, pero sigue siendo el mejor y quizá por ello se ganó ser el Mejor de la Historia.

Para todos, los mejores y los peores el tiempo pasa. Los vampiros son temas de películas y quizá una fantasía de muchos que pretenden ser eternos. La medicina sigue trabajando en ello cuando afirma que la vejez es solo una enfermedad, pero mientras tanto debemos aceptar que el reloj corre. Messi lo sabe, pero mientras puede sigue demostrando que, a pesar de videos, polarizaciones, enemigos y teorías conspirativas, como alguna vez escribió y canto José Alfredo Jiménez, “Sigue Siendo el Rey”.

ESQUIRLA: Perdón Cristiano, también eres un Grande, pero en la silla solo cabe uno.