A lo largo de los años, las expectativas del Halftime Show han incrementado cada vez más. El Super Bowl LV y el Raymond James Stadium estaban listos para recibir a uno de los artistas más escuchados y quien ha revolucionado la música a un nuevo nivel.
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The Weeknd dejó al mundo entero en tela de juicio sobre si realmente valieron la pena los 7 millones de dólares invertidos por él mismo, pero lo que nadie puede dudar, fue el haber otorgado un espectáculo más allá de la realidad con su voz tan única.
Se abrió el telón y comenzó la función del nacido en Toronto, Canadá, abordo de un automóvil con una escenografía al estilo de Las Vegas e interpretando desde una de las cabeceras del inmueble, el hit que lleva por nombre su séptimo álbum: Starboy.
Con una increíble producción cinematográfica acompañada de fuegos artificiales y desde lo más alto de la ciudad, Abel Tesfaye puso de pie a los 22 mil espectadores con temas como The Hills, I Can’t Feel My Face, I Feel It Coming, Save Your Tears y Earned It.
La casa de los Tampa Bay Buccaneers retumbó cuando la banda sonora y un ejército de bailarines con la misma vestimenta del artista, invadieron el terreno de juego para cerrar el Halftime Show con la canción más escuchada del 2020, Blinding Lights, con 1.600 millones de reproducciones en Spotify.
El cantante de 30 años de edad, dejó en claro previo al evento que no tendría ningún invitado para interpretar alguno de sus sencillos, ya que en las últimas horas, sonaban muy fuerte los nombres de Daft Punk y Ariana Grande para acompañar a The Weeknd; sin embargo, esto no fue así, por lo que para muchos, la presencia de los mismos habría “beneficiado” al espectáculo.