Cuando los Pittsburgh Pirates y peloteros puertorriqueños de otros equipos salgan al terreno el miércoles para sus encuentros le rendirán un tributo al fenecido astro Roberto Clemente al vestir el icónico número 21 en sus espaldas.
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Desde el 2002 las Grandes Ligas celebra anualmente “Roberto Clemente Day”, pero este año tendrá un toque especial ya que será la primera vez que los Pirates usarán el número desde la trágica muerte de su legendario pelotero el 31 de diciembre del 1972.
Y para los boricuas la oportunidad de utilizar el “21” será motivo de gran orgullo como aseguró Yadier Molina, quien le dio la bienvenida a las festividades al compartir un mensaje en las redes sociales con la emblemática imagen de Clemente en segunda base alzando la gorra luego de conectar su imparable 3,000 el 30 de septiembre de 1972.
“Por fin llego el día!!! Roberto Clemente #21!!! Septiembre 9 y 10 podemos llevar su número #21 en nuestros uniformes!”, publicó el receptor de los St. Louis Cardinals, que hace dos años fue recipiente del premio que lleva el nombre del astro puertorriqueño.
“Es un gran honor tener la oportunidad de usar y poder honrar con gran orgullo el número 21 a nombre de Roberto Clemente en su gran día. Para todos los latinos en MLB, que día a día combatimos los obstáculos, diferencias y pruebas entre otras, Clemente representa la inspiración que necesitamos a seguir adelante, perseguir nuestros sueños y ser ejemplo dentro y fuera del terreno de juego. Que este gran día sostenga la continuidad perpetua al número 21”.
Cuarenta y siete años después de su trágica muerte, el otrora jardinero derecho de los Pirates todavía está causando un impacto en el béisbol dentro y fuera del diamante.
No hay discusión que Clemente ha sido uno de los mejores peloteros en la historia gracias a un promedio de por vida de .312 con 240 cuadrangulares y 1,305 carreras impulsadas en 18 temporadas con los Piratas, además de cuatro títulos de bateo, 12 Guantes de Oro, un galardón de Jugador Más Valioso de la Liga Nacional (1966) y el Más Valioso de la Serie Mundial del 1971.
Por eso es que su placa brilla en el “Nicho de los Inmortales” en Cooperstown, Nueva York. Sin embargo, la grandeza de Clemente va mucho más de sus proezas en el terreno.
“Ayudar a los demás fue el legado de Clemente”, indicó el torpedero boricua Francisco Lindor, de los Cleveland Indians, al diario Cleveland Plain Dealer. “Llevaremos el 21 no solamente porque fue bueno dentro del terreno, pero también porque fue excelente fuera de éste. No es porque pegó 3,000 hits y ganó dos Series Mundiales o 12 Guantes de Oro, sino porque fue tan bueno fuera del terreno y por lo mucho que la gente lo recuerda desde esa perspectiva”.
Clemente fue una inspiración para muchos latinos que soñaban con algún día alcanzar las Grandes Ligas y ayudó a abrirle las puertas a las futuras generaciones, al punto, que ahora a seis décadas de su muerte los latinos son una fuerza dominante en el béisbol.
Cuando el jardinero hizo su debut en el 1955, sólo habían 14 peloteros nacidos de Latinoamérica en las Mayores. Ahora, 65 años después, los latinos formaban el 25.5 por ciento de los peloteros activos para el Día Inaugural de esta recortada campaña. En ese momento habían 257 representantes entre los 1,026 peloteros, según The Associated Press.
República Dominicana encabezaba el grupo con 110 seguido por Venezuela (75), Cuba (22) y Puerto Rico (20). Y desde que Clemente se convirtió en el primer hispano en ganar el premio de Jugador Más Valioso en el 1966, Latinoamérica ha contado con otros 19 galardonados, además de 10 ganadores del Cy Young.
“Es un día especial para los puertorriqueños, los latinos y el béisbol en general porque son muchos los jugadores y personas de la industria que siempre han mostrado su respeto y están conscientes de lo que signfinica Clemente para la humanidad”, indicó Edwin Rodríguez, el primer boricua en dirigir en las Mayores con los Florida Marlins (2010-2011) y dos veces manager de la novena boricua en el Clásico Mundial de Béisbol, a Unanimo Deportes.
“El estar el Salón de la Fama es lo máximo a que puede aspirar un atleta que practica esta disciplina, pero su capacidad y personalidad… como ser humano hace tiempo que pasó al atleta. Va más allá del deporte, que el béisbol. Trasciende esa barrera, como ser humano definitivamente eso es lo que significa Roberto Clemente”, agregó.
Wear your Clemente Jersey on September 9th in honor of our icon Roberto Clemente #21@DannyT21 @MLBPuertoRico @MLB @Pirates pic.twitter.com/cl1bgo7ZqJ
— Santitos Alomar jr (@sandyalomarjr) September 8, 2020
Cuando Clemente llegó a las Grandes Ligas tuvo que lidiar con el espectro del racismo. Se le negó entrada a los hoteles o restaurantes con el resto del equipo por ser negro y fue hasta blanco de burlas de parte de la prensa estadounidense por su poco dominio del inglés.
Aún así, comunicaba muy bien sus deseos de ser tratado igual como todo ser humano y no titubeaba a la hora de decirlo en momentos que pocos se atrevían hacerlo.
“Creo que el béisbol fue su plataforma, pero su propósito en vida era la lucha por la igualdad, luchar por la ayuda al marginado y la empatía al prójimo. El béisbol lo usó como herramienta para lograr ese propósito. Si llegó lejos en el béisbol, llegó aún más lejos como ser humano”, sostuvo Rodríguez.
Su muerte también estremeció al mundo y cementó su legado.
Después que un devastador terremoto azotó a Nicaragua el 23 de diciembre del 1972, Clemente se dedicó a recaudar ayuda en Puerto Rico. Dos semanas antes había visitado el país centroamericano como manager del equipo isleño en un torneo de béisbol amateur y consideraba su deber el poder extenderle la mano a sus hermanos latinos.
Y cuando comenzó a escuchar que los cargamentos de ayuda enviados no estaban llegando a los más necesitados, decidió hacer el viaje el 31 de diciembre del 1972 para así supervisar la entrega de las donaciones en lugar de celebrar el Año Nuevo junto a su familia.
Clemente, sin embargo, no llegó a su destino. El avión DC-7, que tenía un historial de problemas mecánicos y, según informes, llevaba un sobrepeso de 4,200 libras, se estrelló momentos después de despegar desde el aeropuerto en Carolina, Puerto Rico, falleciendo el pelotero junto a otros cuatro tripulantes.
Desde entonces, su nombre es recordado alrededor del mundo y su misión de ayudar a los necesitados se mantiene viva a través de su fundación y la gran cantidad de deportistas que han seguido su ejemplo.
“Es un ícono. Una leyenda. Una persona que todos admiramos y tratamos de emular”, indicó el torpedero de los Houston Astros, Carlos Correa, quien está muy activo con su fundación que provee ayuda a niños que padecen de cáncer tanto en Houston y Puerto Rico.
“Para los peloteros latinos, especialmente los puertorriqueños, Roberto Clemente es nuestro Jackie Robinson”, añadió. “Su espíritu humanitario es de los más grandes que este deporte ha visto e hizo muchas cosas grandes para la comunidad. Pero también abrió puertas para muchs latinos que siguieran su sueño de jugar en las Grandes Ligas aunque no vivíamos en los Estados Unidos. Será un honor vestir su número y será un día especial”.