Los 76ers son un equipo de baloncesto inmensamente talentoso aunque con algunos defectos que esta temporada estuvo a punto de tener rendimiento “criminal” antes de que el comisionado Adam Silver interviniera y “suspendiera” el curso debido al estallido de COVID-19.
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A pesar de todas las deficiencias y problemas ofensivos de este equipo, hay una persona que puede encargarse de mejorar drásticamente la situación y ese no es otro que Ben Simmons.
Esta fue la tercera temporada de Simmons jugando y ofensivamente es exactamente el mismo jugador que era cuando fue reclutado. Durante todo el verano hubo historias de expertos de los medios y videos suyos de ejercicios filtrados que sugerían que Simmons estaba trabajando incansablemente para mejorar su toque externo.
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Con la finalización de la primera semana de la temporada, todos los que hicieron un inventario de esos videos o quienes los conocieron de segunda mano entendieron que estaban engañados.
Hasta la “suspensión” de la temporada, Simmons solo había intentado seis triples durante el año y convertido solo dos. Su primer triple fue en casa contra los Knicks el 20 de noviembre, lo que provocó que el locutor de jugada por jugada de Filadelfia, Marc Zumoff, casi se cayera de su silla y exclamara a la audiencia: “¡Esto es historia!
El segundo triple de Simmons llegó contra los Cavaliers en Filadelfia el 7 de diciembre y, a juzgar por la reacción de los fanáticos, uno pensaría que los 76ers acababan de ganar el trofeo Larry O’Brien.
En este mismo momento con la liga en pausa, es imperativo que Ben Simmons trabaje en su disparo de inmediato y que sea su prioridad número uno hasta que el baloncesto se reanude nuevamente. Nunca será un francotirador, pero para que Simmons lleve su juego al siguiente nivel y mejore las posibilidades de ganar de los 76ers, un disparo de distancia respetable es una necesidad absoluta.
Sin un buen disparo de distancia, los equipos que juegan defensa hombre a hombre en la media cancha pueden cederle espacio a Simmons mientras está en el perímetro, obstruyendo aún más el carril y quitando un punto de entrada para que Simmons pueda atacar el aro.
Los defensores hacen esto sabiendo que Simmons no es un anotador efectivo fuera de tres pies de la canasta. Desde tres a 10 pies del objetivo, Simmons solo convierte un pobre 37.4% de sus intentos segun basektabllreference.com y un paupérrimo 16.7% de sus intentos de 10-16 pies de distancia.
En esencia, debido al pobre disparo de Simmons, en muchos casos, es como si los equipos adversarios solo estuvieran protegiendo a cuatro jugadores en la media cancha, por lo que es mucho más difícil para los 76ers anotar cuando Embiid y Simmons comparten la cancha juntos.
Además, en la temporada de novato de Simmons en 2017-2018, disparó un 56% desde la línea de tiros libres. Horrible, pero como era un novato se le perdonó debido a la expectativa de que sería un enfoque principal a corregir en su temporada baja del 2018.
Dos años después su rendimiento en ese aspecto desde la línea esta temporada fue de sólo el 62%. La mejora minúscula en una de las facetas más importantes del juego es inexcusable, teniendo en cuenta el hecho de que Simmons ya ha firmado una extensión de casi cinco años por valor máximo de casi 170 millones a partir de la temporada 2020-2021.
Uno de los trabajos más importantes de un armador en el piso es facilitar el trabajo de sus compañeros de equipo y Simmons podría hacerlo mejorando su tiro a distancia. Es un problema para Simmons salir de un tiro perimetral abierto cuando los defensores le faltan el respeto y le ceden espacio, algo asi como “dispara no nos importa, igual no vas a marcar”.
Simmons no facilitará el trabajo de sus compañeros de equipo hasta que comience a tomar esos disparos y obligar a los defensores a cerrarlo, abriendo aún más el piso para sus compañeros de equipo.
Con la adición de un disparo (jumper) decente en el repertorio de Simmons, podría pasar de ser un muy buen jugador a un gran jugador de taquilla capaz de llevar a su equipo a alturas que no se han alcanzado desde 1983, cuando los 76ers llegaron al pináculo por última vez.
Si Simmons lo quiere lo suficiente y trabaja duro para mejorar la única debilidad en su juego, esta podría ser su liga. Como hubiese dicho Michael Jordan en un discurso universitario causando hilaridad: “El cielo es el techo”.
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