Sigue sin concluir la novela entre Novak Djokovic y el gobierno de Australia. El tenista serbio apeló la cancelación de su visa y estiró el suspenso hasta el día lunes. El Primer Ministro australiano, Scott Morrison, había manifestado oportunamente que en caso de no tener los documentos en regla el deportista se iba a tener que volver en el primer avión. Parecía un mensaje contundente pero no lo fue del todo, visto que el desenlace demora en llegar.
El visado de Nole fue rechazado el miércoles porque las autoridades fronterizas lo hallaron incompleto para poder ingresar a Australia. Aparentemente, el ganador de 20 Grand Slams no está vacunado contra el covid-19, es más, siempre tuvo un mensaje en contra de las inoculaciones obligadas. Sin embargo, el estado de Victoria le proporcionó una exención médica para que pueda viajar a Melbourne, la cual fue considerada insuficiente por la plana mayor de migraciones.
Parecía que su causa estaba totalmente perdida, ahora Djokovic logró que no lo expulsaran de inmediato de Australia y “revivió”, al igual que cuando salva una situación de match point en alguno de sus partidos en el tour. Falta saber si podrá revertir el asunto. La audiencia (¿definitiva?) está programada para el lunes 10 de enero, mientras tanto el astro de la raqueta permanece alojado en el Park Hotel de la ciudad de Melbourne, un hospedaje utilizado para albergar a personas detenidas. Muy lejos del lujo al que está acostumbrado Nole.
El Australian Open comenzará siete días después de que el Nole-Gate se resuelva en el tribunal australiano. A pesar de los múltiples inconvenientes e incomodidades, el astro de Belgrado debe estar algo aliviado, sus asesores legales “consiguieron aire” para que pueda respirar más tranquilo y tener una cuota de esperanza para poder ingresar finalmente a Australia y prepararse para jugar el torneo. Los abogados de ambas partes trabajarán a destajo estos días, con el propósito de imponer su postura ante Anthony Kelly, el juez de la causa.