El peleador inglés Michael Bisping siempre fue uno de los rostros más emblemáticos del UFC, principalmente, porque sin importar el rival, fue un sinónimo de espectáculo.
Con su nuevo libro: Quitters Never Win (Los que se rinden nunca ganan) ha confesado algunas anécdotas, especialmente sobre sus victorias ante rivales de gran nivel como el brasileño Anderson Silva.
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La pelea entre Bisping y Silva llegó en un momento en el que el brasileño trataba de regresar a los primeros planos luego de su terrible lesión de tibia y peroné frente a Chris Weidman y una acusación de dopaje.
Es por eso que el inglés afirma que a diferencia de otros rivales de Anderson Silva, él optó por meterse a su cabeza y fue por eso que pudo terminar la pelea con la mano en alto.
“Fue simple. Me burlé de él por sus pruebas de dopaje fallidas en el 2015 y la excusa de que había usado una píldora sexual en Tailandia. Mis frases fueron certeras. ¿Entonces funcionó? ¿Tienes una erección o no? Decidí encararlo en cada oportunidad que tuve en la conferencia de prensa, en la sesión de fotos en Londres y cuando nos cruzamos en el hotel del UFC”, dijo Bisping.
Sin embargo, aunque Bisping fue bastante hostil al momento de enfrentarse a “La Araña”, considera que todos sus ataques pasaron por lo deportivo y, por supuesto, como parte de una estrategia.
“Yo respetaba mucho a Anderson Silva. Pero sus rivales anteriores se achicaban un poco por todo lo que él representaba y claro, él tomaba ventaja de eso. Era un maestro de los juegos mentales. Por eso habitualmente les daba una paliza”, afirmó Bisping, quien recientemente dejó las Artes Marciales Mixtas, luego de ser finalmente campeón de los medianos y perder su cinturón frente a Georges Set-Pierre.