Mario Gotze, quién fue clave para brindarle el triunfo a su escuadra en la final de la Copa del mundo contra Argentina, recordó los detalles de aquel encuentro que pasó a la historia del fútbol.
Han pasado casi ocho años desde aquel duelo en el cual Gotze se convirtió en una figura mítica gracias al tanto que marcó al minuto 113 en el Estadio Maracaná frente a los ojos del planeta entero.
El mito de Ícaro
El teutón que tenía 22 años cuando participó en dicha competición, era uno de los principales componentes del Bayern Múnich de Pep Guardiola. Sin embargo, las lesiones y una enfermedad descarrilaron la carrera del joven futbolista unos años después de haber ganado la Copa del Mundo.
Gotze, quién dejó de portar la playera de su selección hace cinco años, compartió recientemente con el medio deportivo francés L’Equipe, que hasta la fecha, la gente a su alrededor le sigue recordando aquella fecha.
La gente me lo dice cuando me cruza por la calle, me cuentan cómo vivieron esa final. Es muy agradable, no solo quieren escuchar mis recuerdos, sino que comparten sus sentimientos conmigo. Y a veces tengo que pellizcarme para decir que ya han pasado ocho años”, resaltó el medio campista.
“Siempre llega un momento en que alguien me habla de eso”, reconoció Gotze sobre aquel gol en el Maracaná. “Todos me recuerdan constantemente ese maravilloso momento. La única persona que nunca me ha preguntado al respecto es mi hijo”.
“Espero con ansias el momento de verlo con él por primera vez. Aún tomará un poco de tiempo, solo tiene un año y medio”, añadió el campeón del mundo durante la entrevista.
Igualmente, explicó que ese fue “el juego más especial que pudimos jugar. En Brasil, el país del fútbol y contra Argentina… Esa combinación era gigantesca”, exaltó Gotze.
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“Si pudiera reescribir la historia, diría que tal vez jugar ese partido a los 35 años, marcar ese gol y retirarme después… eso obviamente hubiera sido perfecto. Pero esta posibilidad de ser el goleador en la final del Mundial es una locura. Creo que fue un gran viaje y una gran experiencia, no hubo nada negativo”, aseveró.
El ex jugador del Bayern ya no formaría parte del cuadro que participó en Rusia 2018. Disputaría su último partido con su país el 14 de noviembre del 2017 contra Francia.
Un trastorno metabólico lo forzó a alejarse de las canchas por varios meses. “Esa enfermedad jugó un papel importante, especialmente en la comprensión de lo que era bueno o malo para mi cuerpo”, explicó.
“Para mí, fue una señal de que le había pedido demasiado a mi cuerpo, que también había entrenado demasiado. Durante un rato no dejé que mi cuerpo respirara, lo trataba como si fuera un robot. Pero no me di cuenta de eso hasta que fue demasiado tarde”, añadió.
Mario Gotze después de Brasil 2014
Actualmente tiene 30 años y forma parte del PSV Eindhoven de la liga holandesa. Afirma que el paso del tiempo y las adversidades que ha superado lo han ayudado a replantearse los objetivos que él tiene a corto, mediano y largo plazo.
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— mariogotze.eth (@MarioGoetze) April 17, 2022
“Cuando era joven tenía otros planes. Siempre nos preocupamos por los diez o quince años: jugar en dos, tres clubes top, ganar la Champions, ser siempre internacional. Ahora no planifico nada, solo disfruto el momento”.
“Empecé muy temprano, a los 17 años, y sigo jugando. Desde hace trece años, participo cada año en una Copa de Europa. Quizá hubiera tenido más títulos si me hubiera ido al Liverpool cuando Jürgen Klopp me quiso (en 2016), divulgó a L´Equipe.
“También sería emocionante volver a Munich y explicarles por qué debíamos continuar juntos. Pero nadie sabe cómo habría resultado mi vida. No soy alguien que vive en el pasado”, resaltó el nacido en Memmingen.
Por supuesto, ganar una Champions League hubiera hecho que mi carrera brillara aún más. Pero esto no es una obligación. Si eso no sucede, todo estará bien”, consideró.
Finalmente, concluyó la entrevista con una profunda reflexión sobre la extenuante carga física a la que son sometidos los futbolistas de clase mundial para competir en los principales torneos.
“Realmente deberíamos tratar de tener un mes o dos en los que no pase nada, para que todos puedan tomarse un descanso. El descanso también es bueno. Lo vemos en otros deportes, especialmente en los Estados Unidos”.
“La NFL (fútbol estadounidense) tiene una temporada de cuatro meses. En baloncesto, la temporada baja dura cuatro meses. Debería ser posible hacer esto en Europa”, finiquitó.