La tenacidad defensiva y su sólida ofensiva llevaron a Alonzo Mourning a convertirse en uno de los mejores basquetbolistas de la NBA y prueba de ello fue su ingreso al Naismith Memorial Basketball Hall of Fame y el Salón de la Fama de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA).
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Sin embargo, la historia de Mourning es mucho más que destacadas actuaciones dentro del tabloncillo. Es una de superación. Un jugador que estuvo a nada de abandonar el baloncesto de forma definitiva, pero que superó su trasplante de riñón para volver a competir al máximo nivel y hacer historia con Miami Heat, ganando un anillo de la NBA, antes de despedirse de forma definitiva de las canchas.
Mourning fue detectado con una enfermedad degenerativa del riñón (glomeruloesclerosis focal y segmentaria), en octubre del 2000, cuando se le estaba realizando un diagnóstico de rutina tras volver de los Juegos Olímpicos en los que obtuvo la medalla de oro con el quinteto de Estados Unidos.
El jugador siguió con tratamiento médico y se mantuvo como baluarte del Heat antes de firmar un acuerdo con los New Jersey Nets en julio del 2013. Sin embargo, la enfermedad tomó su lamentable curso y se vio forzado a retirarse meses después sin poder debutar con los Nets a sus 33 años.
“Alonzo es un verdadero campeón y un atleta lleno de coraje que intentó superar todas las barreras médicas para volver a la NBA, pero desafortunadamente, su condición física no le permite continuar más como profesional de baloncesto y lo único que podemos hacer es estar con él y su familia en los pensamientos y oraciones para que pueda continuar con su lucha contra la enfermedad”, indicó Rod Thorn, gerente general de los Nets.
Finalmente, en diciembre del 2003, con opciones médicas de tratamiento escasas, Mourning se sometió a un trasplante de riñón donado por su primo.
Aunque parecía difícil que Mourning volvería a jugar baloncesto a nivel profesional, casi 11 meses después volvió a disputar partidos con los Nets. Y en 2005, el Miami Heat anunció el regreso de Mourning a su equipo, en el que ya estuvo desde 1995 hasta 2002. Pese a que sus registros fueron módicos, comparado con los que consiguió en sus mejores años, se convirtió en un jugador importante nuevamente con el Heat y un año después de su regreso consiguió el anillo de la NBA.
De este modo, Mourning conseguió el objetivo que tuvo durante toda su carrera. Si bien no pudo conquistar el título en sus mejores años, cuando tuvo registros impresionantes a nivel individual, lograrlo tras sufrir una grave enfermedad que puso en peligro su vida y carrera lo llenó de gran satisfacción.
Por eso, se ganó el apodo de ‘The Ultimate Warrior’, por el gran esfuerzo que hizo para volver a disfrutar del deporte que le apasionaba.
Lamentablemente, su carrera deportiva se vio afectado un año después cuando en diciembre de 2007 a sus 37 años sufrió un desgarro en el tendón de la rodilla derech, en un partido ante Atlanta. Pese a sus dificultades para caminar, se negó a abandonar la cancha en camilla.
“Esa no es la forma en la que me imaginé saliendo de una cancha por última vez en mi carrera. Me han pasado tantas cosas en mi vida que si tengo que salir gateando de la cancha, pues lo hago. Nadie me sacará en camilla. Eso nunca va a pasar”, afirmó.
Y en efecto, ese sería el último partido de su carrera. Un año después de su lesión, el 22 de enero de 2009, el basquetbolista anunció su retiro definitivo del baloncesto a nivel profesional. El Heat entonces retiró su número 33, convirtiéndose en el primer jugador de la franquicia que recibe ese reconocimiento.