Hace un año nos tomó por sorpresa la noticia de la muerte de Diego Maradona. Creo que todos tuvimos la misma sensación. Al principio no lo creíamos.
En más de una ocasión se había esparcido el rumor de un posible fallecimiento del Diego y al poco tiempo se desmentía. En esta ocasión no fue así. Empezó como un murmullo en las redes sociales hasta que Clarín, uno de los grandes medios argentinos, lo confirmó y entonces el grito resonó.
- ¿Marcelo Flores el “10” que esperábamos?
- Mohamad Soukhane y la selección clandestina de Argelia
- Se adelantó el Día de Muertos para Ronald Koeman
- El fumble de Gianni Infantino al comparar un Mundial con el Super Bowl
- Gracias y hasta siempre, “inge” José Luis Lamadrid
- Más de La Pluma del Puma
Me imagino al periodista de Clarín teclear esas líneas. Nadie más lo había validado y muchos portales lo reportaban en estado grave, pero ninguno se aventuraba a anunciar su muerte.
No era fácil dar una noticia de ese tamaño que tendría repercusión no solo en Argentina si no en todo el mundo. Tampoco convencer a tu jefe en publicar tremenda bomba. Al final lo consiguió e hizo que el mundo se cimbrara.
Cada quien tiene su recuerdo favorito de Maradona. Yo tengo muchos, pero mi favorito se dio justo antes de la final de Italia 90 al entonarse los himnos. Al haber sido Argentina el verdugo de los italianos en la semifinal el público local estaba claramente del lado de los alemanes.
Cuando sonó el himno argentino el estadio olímpico de Roma lo silbó de tal manera que no se escuchaba nada. Cuando la cámara de televisión se paró en la cara del Diego se pudo leer bastante claro en sus labios: “Hijos de puta, hijos de puta”. Seis palabras que firmaron su sentencia en Italia. Ya no sería nunca más bienvenido.
Siempre se le dio licencia para hacer lo que quisiera. No había que ser de su entorno más cercano para saber que no era una persona fácil de trato. Las cosas se hacían como él quería.
En los últimos meses han salido más detalles de su vida privada. Hijos no reconocidos, abuso psicológico y sexual de Mavys Álvarez su novia cuando estuvo en Cuba y ella contaba con 16 años.
¿Tenemos que separar al artista de su obra? En el caso de Maradona parece ser así. Cualquier futbolista que hiciera en estos días lo que él hizo en los ochentas y noventas tendría que despedirse de su club y de sus patrocinadores. Eran otros tiempos los de Diego, pero visto desde el prisma de hoy es para terminar cualquier carrera.
Maradona no tiene paz ni siquiera estando muerto. Hace un par de días se dio a conocer la noticia de que está enterrado sin su corazón. Trascendió que los barras bravas de Gimnasia, último equipo que dirigió, tenían planeado robarlo. Hoy en día este vital órgano se encuentra bajo custodia. Un dato no menor, pesó medio kilo, el doble de lo que pesa normalmente un corazón.
Te vamos a extrañar toda la vida, Diego. ? #DiegoEterno #Maradona 1960 – ♾ pic.twitter.com/AiTvBd6oXy
— Oficial SSC Napoli (@sscnapoliES) November 25, 2021
Por lo que hizo dentro y tal vez fuera de la cancha, a ningún futbolista en el mundo se le ha dedicado más literatura, películas, cortometrajes y canciones que a Diego Armando Maradona. Yo me quedo con La Vida Tombola que le hizo Manu Chao durante el documental de Emir Kusturica:
“Si yo fuera Maradona viviría como él,
Si yo fuera Maradona frente a cualquier portería
Si yo fuera Maradona nunca me equivocaría
Si yo fuera Maradona, perdido en cualquier lugar”.