Víctima de la eliminación en Liguilla ante el “odiado” rival y la caída en semis de Concachampions ante el Los Angeles FC, Miguel Herrera deja por segunda vez el nido de las Águilas del América.
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Fueron situaciones muy distintas las que llevaron a salir al director técnico más ganador, en cuestión de partidos y clásicos, de la que fue su casa y en la que soñaba quedarse por muchos años.
La primera fue camino al Mundial de Brasil, donde la selección mexicana debía disputar el repechaje ante Nueva Zelanda y el “Piojo” fue al salvataje.
América cuando eso no solo ganaba, sino que alcanzaba momentos de gran fútbol con variantes ofensivas que sorprendían, sin descuidad la parte defensiva.
Entonces Miguel convocó a casi todo su equipo titular, al que había hecho campeón en aquella recordada final ante Cruz Azul. Así no solo clasifica al Mundial 2014, sino que, además, hizo un papel muy decoroso, llevando al Tri a jugar de igual a igual ante Holanda, quien a la postre lo dejara sin el tan mentado quinto partido, eliminándolo en el inolvidable encuentro del “no era penal”.
Al regreso de una Copa de Oro, también ganada, Herrera es despedido de la selección por su explosión ante las reiteradas burlas y faltas de respeto al aire de un comunicador, que no solo había ridiculizado al Piojo, sino también a integrantes de su familia.
Ahí comenzó un periplo de trabajos de pica piedra como en Xolos, donde fue dos veces super líder revalidando su calidad de estratega, sino que además fue el inicio de un camino de abandono y soledad por parte de la prensa que se solidarizó con su colega.
Un día volvió al América y ahí después de las conquistas que volvieron a su vida, parecía que aquellos solidarios lo perdonaron todo por una nota, pero Miguel nunca olvido a quienes realmente estuvieron en las difíciles, sin dejar de atender amablemente a todos, demostrando que puede calentarse a veces, pero nunca deja de ser gente.
Aquella primera vez se había marchado del Club con toda la gloria, en esta segunda, sale después de haber ganado tres campeonatos en su regreso, destrozando la acartonada frase de, “segundas partes nunca fueron buenas”, pero con una “acusación” de la directiva que es prima hermana de su salida del Tri, lo volvieron a provocar y se volvió a calentar.
En el entretiempo del partido de semifinales de CONCACAF Champions League ante LAFC, Ante Razov, ayudante de Bradley, en medio de una escaramuza, le lanzó un puño al ojo izquierdo, Miguel lo manoteo, se fue expulsado del encuentro que su equipo acaba perdiendo y América le dijo, “hasta aquí llegamos”, mientras que el equipo angelino no sabemos si ni siquiera llamado de atención a Razov.
Sus desbordes de temperamento son tan habituales en sus éxitos deportivos, como los campeonatos ganados o las casi permanentes muy buenas campañas al frente de las instituciones, grandes o pequeñas, que ha dirigido en la liga de su país.
No justificamos, sus desbordes por el afecto que le tenemos a la persona y la admiración que sentimos por el Entrenador, en lo cual sabemos por nuestra cercanía al personaje, que ha estado trabajando en corregir, sino que se lo hemos criticado de frente.
Eso sí, creemos que la misma “industria” televisiva que maneja al América y a la Selección, la misma que lo fue a buscar en tres oportunidades para que los sacara del pozo, lo volvió a traicionar, tan solo por mantener una imagen de pulcritud que creen tener y que todos sabemos es tan solo un frágil escondite de cristal.
Ahí sigue el club de Coapa en busca de reemplazar a su mejor opción, inclusive hoy después de todo lo que pasó, seguramente le costará mucho más al Club volver a la cima, de lo que le va a llevar a Miguel Herrera volver a acariciar la gloria.
Lo de Herrera es en base a su gran capacidad, la que ha ido acrecentando en su metamorfosis táctica y de conducción de grupos, ésta es su propiedad intelectual, lo del directorio que maneja a las Águilas es en base al dinero que tengan para gastar, el dinero va y viene, la capacidad muere solo cuando el hombre ya no esté.
Veremos si la reciente llegada de Santiago Solari como nuevo Entrenador, pueda echarle con su brillo un manto de claridad al cielo de las Águilas, pero por ahora Herrera camina hacia un futuro de luz, América deambula por un presente de sombras.
Abrazo de gol, Leo Vega