La consistencia en el fútbol es lo que marca la diferencia entre los inmortales y los que dejan huella de talento, pero sin terminar de consolidarse de acuerdo a su capacidad.
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El que Carlos Vela brillara con luz propia al inicio de su estadía en la MLS no sorprendió casi a nadie. Éramos conscientes de su talento y definitivamente desde que lo vimos con selecciones juveniles de Mexico nos dimos cuenta que tenia lo suficiente como para brillar al las alto nivel.
Pese a que nunca llegó al nivel que se esperaba en Europa, si tuvo momentos de fantasía en la Real Sociedad de San Sebastián y si su compromiso con el fútbol hubiera sido mayor, lo hubiéramos visto en el penthouse del orbe balompédico.
Pero el gran estrellato le llegó en Los Angeles y definitivamente su inicio ratificó que el LAFC tenía la contratación correcta en sus filas. Crack y Mexicano.
Pero es un conjunto de diferentes factores el que determina el mantenerse en la cima y apareció desafortunadamente una lesión en el camino.
La lesión de cuádriceps de Vela en la jornada inicial de la Liga cayó como balde de agua fría y pese a que ya regresó antes del paron de la última fecha FIFA, está muy lejos de su nivel y eso ha ido de la mano con los malos resultados de su equipo.
Tiene eso sí como factor a favor que la MLS no para en este verano y podrá tomarse su tiempo y regular los tiempos de recuperación controlando la ansiedad de forzar que podría derivar en recaída.
Esa estrella que nos regaló fútbol del más alto nivel partido a partido y que ilusionó con repetir año tras año sus grandes actuaciones, sabe que le costará y mucho volver a su nivel. Que se vuelva a prender Vela, por el bien de LAFC, de la MLS, del fútbol en general.