La invasión de Rusia a Ucrania está teniendo consecuencias en muchos aspectos de la sociedad y el deporte no puede estar exento de lo que pasa en el mundo. A principios de esta semana empezó un rumor que al pasar las horas se convirtió en realidad. El Chelsea, actual campeón de la Champions League, está a la venta.
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La relación de su dueño Roman Abramovich con Vladimir Putin le ha valido al propietario de “los Blues” una serie de críticas en el parlamento inglés en las cuales se exige al primer ministro, Boris Johnson, sanciones severas al magnate ruso. Por ahora no le han congelado sus bienes en Inglaterra, pero Abramovich sabe que es cuestión de tiempo para que esto ocurra y es por eso que puso a la venta todos sus activos en Londres, incluyendo al Chelsea.
Roman Abramovich siempre ha negado ser cercano al presidente ruso, pero las pruebas indican otra cosa. Recientemente en el libro “Putin’s People: How the KGB Took Back Russia and then Took on the West” la escritora Catherine Belton asegura que Abramovich compró al Chelsea por órdenes de Putin. En el libro también se detalla la manera en la que se enriquecieron los excompañeros de Putin en los servicios secretos soviéticos después de que él llegara al poder en el Kremlin.
Aún sin esclarecerse al cien por ciento lo anterior, en el 2013 compró al Chelsea y cambió el fútbol inglés y mundial. Llegaron los petrodólares (o en su caso petrorublos) y a partir de ahí su ejemplo lo siguieron varios multimillonarios e incluso países como Qatar con el PSG. Sentó las bases de cómo poder limpiar una imagen a través del fútbol. Pregúntenles a los aficionados del Newcastle qué piensan de Arabia Saudita o a los del PSG acerca de Qatar. Ambos los ven como los salvadores de sus equipos que acudieron al rescate cuando más lo necesitaban.
Pasó lo mismo con Roman Abramovich. Basta acercarse a Stamford Bridge en un día de partido para ver la adoración que le profesan al ruso. A partir de que llegó el Chelsea el club tiene dos Champions League, cinco Premier League, cinco FA Cup y dos Europa League. Nada mal para un club que compró en 140 millones de libras y que hoy está valuado en 4,000 millones de libras. Aunque se espera que por la situación actual lo venda por mucho menos que eso.
La ganancia de esta venta será donada a las víctimas de la guerra en Ucrania. Así lo informó el propio Abramovich en un comunicado en el cual no condenó la invasión rusa ni especificó a qué víctimas irá a parar el dinero. En cualquier caso, esperemos que en verdad llegue a la gente que más lo necesite.
El fútbol se despide de la persona que cambió las reglas del juego y a quien tenemos que agradecer o reclamar, según sea el caso, el orden mundial del fútbol actual. Yo no veo que Abramovich regrese en el futuro cercano como inversor de algún club.