Redacción deportes, 2 nov (EFE).- La Vuelta 2020, superado ya el paso por Asturias que se esperaba decisivo y que dejó las cosas como estaban antes de las grandes etapas de La Farrapona y el colosal Angliru, mira ya a Ézaro y La Covatilla, citas claves para lo que queda de carrera.
Será una tercera semana con seis etapas en conjunto y a priori bastante menos exigentes que los de las primera y segunda semana, donde la montaña fue la gran protagonista.
Para esta última, todo dependerá de la crono hacia el Mirador de Ézaro, que dejará clara la general. Que es difícil de adivinar dado lo peculiar de la cita. Una contrarreloj de 33,7 kilómetros, con los primeros 31,9 prácticamente llanos y la subida final explosiva a un muro de 1.810 metros al 14,34 por ciento de desnivel y rampas de hasta el 30 por ciento.
Una pared bautizada en 2012 por Joaquim ‘Purito’ Rodríguez que posiblemente obligue a los corredores, por lo menos a los que disputen la prueba, a cambiar de bici al iniciarse la ascensión.
Con las cosas más claras, y ya casi todo destapado, la Vuelta, curiosamente, se tomará unas jornadas de transición hacia La Covatilla, que el sábado decidirá el ganador en una etapa con seis puertos. El primero de Primera, el de Portillo de las Batuecas (10,1 kms. al 6,5 por ciento); y el último la subida final de 11,4 al 7,1 y tramos de hasta el 12.
Entre Ézaro y La Covatilla, un final en cuesta en Ourense (1600 metros al 4 por ciento), con el recuerdo de lo que pasó en Suances, la vitoria de Primoz Roglic y los tres segundos picados a Richard Carapaz, que perdió la Roja recuperada de nuevo en el Angliru.
Saliendo de Galicia dos etapas que entran en Castilla de media montaña en las que no les será fácil a los velocistas que terminen al sprint.
Porque hacia Puebla de Sanabria (Zamora) deberán superar cinco altos de Tercera en 230 kms. El último, el de Palomelo, a solo 18 kms. de meta.
Y camino de Ciudad Rodrigo (Salamanca), esperan dos subidas de más enjundia aún. Como la del Primera Puerto El Robledo que cuenta en sus últimos seis kilómetros no demasiado empinados con un par de rampas al 12 y al 10,5 por ciento. La cima, a 35 kms. de meta.
Etapas ambas más para movimientos tácticos y de lejos que para los mano a mano entre los mejores. Que eso quedará para La Covatilla, en función de como queden las cosas en el Ézaro. Hacia adonde mira ahora La Vuelta 2020.
Ramón Orosa
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