Madrid, 11 nov (EFE).- El impacto de la pandemia de la Covid-19 y las consecuencias económicas de la misma han hermanado estos días a dos clubes tan distintos y tan distantes como el Barcelona y la Arandina de Tercera división, que coinciden en la negociación de una rebaja salarial en sus plantillas del 30 por ciento.
El Barcelona lo hace desde el pasado 21 de octubre, de momento sin éxito, y la Arandina se ha dirigido recientemente a la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) para comunicar que debe abordar un recorte de sueldos para mantener su viabilidad.
Hace dos días el presidente del sindicato, David Aganzo, ya estuvo en Aranda de Duero y ayer hizo un nuevo viaje desde Madrid para participar en otra mesa de negociación en Barcelona, tal y como ha hecho desde que empezó el diálogo entre el club y sus futbolistas, que se han dado de plazo hasta hoy para alcanzar un acuerdo de momento lejano.
La gestora que encabeza Carles Tusquets y que preside el club desde la dimisión de Bartomeu y su junta el 27 de octubre es la que maneja la negociación con el objetivo de reducir un 30% la masa salarial de futbolistas y empleados. del Expediente de Regularización Temporal de Empleo (ERTE),
La difícil situación financiera y el impacto que la pandemia tiene en las cuentas del club, con un descenso de ingresos del 30% y una afectación total, no solo en el último trimestre como ocurrió en el anterior ejercicio, es el argumento de la entidad para defender la medida.
Justo antes de empezar la renovación el Barça renovó a Gerard Piqué, Marc André ter Stegen, Frenkie de Jong y Clement Lenglet, con “una adecuación salarial temporal” y a ellos podrían sumarse Antoine Griezmann, Sergi Roberto y Sergio Busquets, uno de los interlocutores de la plantilla.
Pero ni el resto de los jugadores del primer equipo, con un peso pesado como Leo Messi que ya sabe que no seguirá la próxima temporada, ni los del Barça B comparten la pretensión del club de rebajar 190 millones de euros la masa salarial y se empiezan a escuchar términos impensables como concurso de acreedores para un club como el Barcelona.
A distancia, no solo por los kilómetros sino por todas las diferencias que hay entre un primera y un club de Tercera división, la Arandina vive a la vez que el Barça su negociación propia para salvar su viabilidad ante la reducción de ingresos que ha causado la pandemia mundial.
Desde la declaración de ésta y ante lo que estaba por venir la FIFA pidió al fútbol “encontrar soluciones justas y equitativas (…) con el objetivo de proteger los empleos”. En España, la AFE creó un fondo específico de ayuda y emergencia con el que atender situaciones de pérdida al que destinó 1.261.320 euros para 1.787 futbolistas. EFE
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