Si algo distingue al sueco Zlatan Ibrahimovic, no es solo su gran talento, sino su temperamento, que tiene como principal característica un mal genio exacerbado y una autoestima que raya en la prepotencia. Su consigna es ganar y brillar cueste lo que cueste.
Hace unos días Zlatan anotó tres tantos en la victoria de su equipo Los Angeles Galaxy ante Los Angeles FC. El Galaxy ganó 3-2 y los goles rivales fueron convertidos por el mexicano, Carlos Vela. Zlatan no solo fue noticia por elhat-trick, sino por el codazo que le propinó al defensor de Los Angeles, Mohammed El Monir.
This is just unbelievable!!! ElMounir is going to have a surgery tomorrow! pic.twitter.com/XQnT8xEC5K
— Amro Tarek (@AmroAbdelAziz) July 22, 2019
El codazo resultó en una fractura del temporal derecho y El Monir tuvo que ir al quirófano, Zlatan solo recibió una tarjeta amarilla. El Comité de Disciplina de la MLS consideró que la falta no ameritaba una tarjeta roja.
“Cuando escucho que la gente piensa que tomamos la decisión de protegerlo, les recuerdo que unas semanas antes lo suspendí por un par de juegos y la gente no lo recuerda”, dijo Don Garber, comisionado de la Major League Soccer, MLS.
“Creo que a veces ese tipo de cosas pasan en un partido”, declaró el técnico del Galaxy, Guillermo Barros Schelotto. “Pienso que tenemos que hablar más de fútbol que de Ibra. El juego es mucho más físico ahora y no siento que Ibra haya hecho nada incorrecto al jugador, algo malo. Solo ocurre, y eso es todo”.
Zlatan Ibrahimovic was given a formal warning by the league's Disciplinary Committee for elbowing Mohamed El-Munir in last Friday's game vs. LAFC. pic.twitter.com/xyvFsdLkW1
— ESPN FC (@ESPNFC) July 24, 2019
Zlatan: “Cuando eres el mejor te persiguen”
Con respecto a la falta contra El Monir el jugador de 1.95 de estatura (6´4”) aseveró que no fue intencional. “Salté de la manera en la que salto en cada duelo. No es algo que haga a propósito o para lastimar a alguien. La única diferencia es que soy más alto que todo el mundo. Nada de daños, ni nada de eso”. El delantero dice que se siente cuestionado en todo momento. “Siento como si estuviera siendo perseguido. Pero cuando eres el mejor, te persiguen”.
En su autobiografía “Soy Zlatan”. El atacante de 37 años confiesa que a veces no se puede controlar. “En el terreno de juego creo haber dado algunos cabezazos. Cuando me enfado pierdo el control y es mejor no estar cerca de mí”.
En mayo en un partido ante el Impact de Montreal, Ibrahimovic, no solo hizo una falta descarada, sino que como si se tratara de una obra de teatro se tiró en el suelo retorciéndose del dolor y ni siquiera fue tocado. Gracias al VAR, el árbitro le mostró la roja directa para lo que sería su decimotercera expulsión como profesional y su primera en la MLS.
El árbitro le saca la tarjeta amarilla a @petrasso20 por comportamiento antideportivo y la roja a @Ibra_Official por conducta violenta tras mirar el VAR. ? #MTLvLA | 0-0 pic.twitter.com/MZp0VCNXqS
— Fútbol MLS (@futbolMLS) May 21, 2018
El fútbol lo salvó
La agresividad de Ibrahimovic, su manera de querer llamar la atención todo el tiempo con comentarios que son hasta risibles tiene una raíz muy profunda. Su padre Šefik, es un bosnio musulmán y su madre Jurka Gravić, es croata católica.
Ambos emigraron a Suecia. Su padre trabajaba como conserje y su madre limpiaba hasta 14 horas cada jornada. Jurka en parte se casó con Šefik para darle los documentos suecos. El matrimonio no funcionó y se divorciaron antes de que Zlatan cumpliera los 2 años.
Ibra se crió en Rosengård, un barrio marginal de Malmö, algunos (inclusive Ibra) se refieren a Rosengård como un gueto. En su autobiografía, da a entender que los niños hijos de inmigrantes, bosnios, croatas, serbios, somalíes, turcos, polacos que vivían allí, pese a haber nacido en Suecia, no se sentían suecos.
“Era un salvaje, un lunático, no podía controlar mi mal humor”. En el libro confiesa que robaba bicicletas, a veces por necesidad, otras por diversión y también desvalijaba autos.
No siempre su físico fue tan intimidante, cuando niño era delgado y enclenque, estaba acomplejado por su gran nariz y además hablaba con un ceceo. Fue necesario que una maestra especial lo ayudara en la escuela y tuvo que ir a un foniatra. Cuenta que el refrigerador de su padre, con quien vivió posteriormente, estaba vacío, solo había espacio para la cerveza.
“No sentía hambre, sentía mucha hambre. Me dolía el estómago. Muchas veces iba a la escuela solo por el almuerzo”. Cuenta que a su esposa Helena Seger desde el principio de su relación le pidió que el refrigerador estuviera siempre lleno. Luego de tanta lucha y carencias ahora es un futbolista exitoso. En la actualidad ha ganado millones de dólares. En 20 temporadas logró 33 campeonatos, incluidos 11 títulos en cuatro de las principales ligas de Europa.
Debido a la guerra civil en Yugoslavia su padre se refugió en la bebida. Su madre no tenía tiempo, ni espacio, solo para trabajar. Su media hermana tenía graves problemas de drogas y su refugio y salvación fue el fútbol. Cuenta que su familia nunca fue cariñosa y qué jamás le preguntaron cómo estaba. “Sino hubiera sido futbolista, posiblemente sería un delincuente”.
Muchas veces ha sido cuestionado durante su carrera y es allí cuando en defensa sale su prepotencia. “Siempre traté de jugar así de arrogante”, afirmó. “Es algo que mantengo desde que era pequeño. No podía mostrar ninguna debilidad”. Una de sus frases célebres: “No puedo dejar de reír, ante lo perfecto que soy”.
Zlatan cumple 38 años en octubre y aún le queda mucho fútbol por mostrar, ojalá que su calidad no siga siendo salpicada por sus malas acciones en el terreno de juego, pero al final como dice uno de sus célebres tatuajes: “Solo Dios puede juzgarme”.
Cuando Zlatan se calienta… ? pic.twitter.com/AY8vYKndTF
— Diario Olé (@DiarioOle) July 22, 2019