New York (EFE).- El veterano receptor abierto de los New York Giants, Golden Tate, expresó su frustración en el banquillo durante la derrota del lunes por la noche ante los Buccaneers de Tampa Bay, exigiendo que le lanzaran el balón.
También llevó dicha frustración a un foro público más tarde en la semana al darle me gusta a un tuit sugiriendo que los Giants lo liberen.
En respuesta, los Giants optaron por enviar a Tate a su casa, de acuerdo con declaraciones que el entrenador en jefe, Joe Judge, hizo al New York Post.
“Hoy hablé extensamente con Golden, y estamos lidiando internamente con muchas cosas. Hoy no estará en el recorrido, pero estará de regreso en el edificio y practicará con nosotros el resto de la semana. Todo seguirá como de costumbre”, dijo Judge.
Más tarde el miércoles, al veterano receptor le gustó un tuit que indicaba que los Giants deberían dejarlo. Eso se produjo después de que la esposa de Tate, Elise, denunciara públicamente a la organización.
En lo que va de temporada, Tate, de 32 años, ha registrado apenas 22 recepciones para 226 yardas y dos touchdowns en siete partidos, y ha registrado sólo seis objetivos combinados en los últimos tres juegos.
Obviamente, las luchas del mariscal de campo de los Giants, Daniel Jones, han jugado un papel en la falta de producción de Tate. Desde 2014-19 promedió 83 recepciones para 950 yardas. Esta temporada está muy lejos de esa producción.
Dado que la fecha límite de cambios pasó el martes, los Giants podrían simplemente tener que liberar a Tate.
Sin embargo, eso vendría con un golpe de capital muerto de casi cuatro millones de dólares.
Tate juega bajo un contrato de cuatro años y 37.5 millones que firmó con los Giants antes de la temporada del 2019. Tiene contrato hasta la campaña de 2022.
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