De acuerdo con información dada a conocer por cadena de televisión ESPN, la directiva de los Dallas Cowboys habría pagado 2.4 millones de dólares para llegar a un arreglo con cuatro de sus cheerleaders quienes aseguran haber sido espiadas y fotografiadas desnudas por Richard Dalrymple, exvicepresidente de relaciones públicas y comunicaciones de los Cowboys, mientras ellas se vestían con el popular uniforme del equipo de la NFL.
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En un intento de que los hechos no cobraran mayor relevancia, el medio de comunicación asegura que a las vaqueritas se les pagó de manera confidencial.
No obstante, la inadecuada conducta de Dalrymple aparentemente también incluyó a Charlotte Jones Anderson, la hija de Jerry Jones, a quien durante una reunión de trabajo secretamente también le tomó fotografías por debajo de la mesa enfocando hacia su falda y hacia su lencería.
Por su parte, el personaje inculpado rechazó categóricamente los señalamientos en su contra, pues si bien reconoció haber ingresado al vestidor de las cheerleaders su argumento es que lo hizo sin saber que ellas estaban dentro.
