El punto G del deporte
JLo y Shakira alborotaron la jauría

El Super Bowl LIV de Miami pasó a la historia en todo sentido, dentro y fuera del emparrillado. Más allá  de que fue el primero de la nueva era Patrick Mahomes, quien tiene todo para ser el nuevo referente de la NFL, este Súper Tazón quedará en los libros como el del show de medio tiempo de dos latinas triunfadoras y que además de darnos un súper espectáculo, polarizaron y terminaron generando todo tipo de comentarios.

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Si, se alboroto la jauría y después del Super Bowl se habló más de lo que significó el show de Shakira y JLo que de lo que pasó en la cancha.

Una colombiana y una boricua, las dos haciendo gala de todo su talento, mostrando sus más sobresalientes cualidades, enalteciendo su origen, saludando en español e incluso en el caso de Shakira con gestos de su ascendencia árabe.

Un grupo de bailarines de primer nivel, la inclusión obligada y para muchos de nosotros innecesaria del bendito regaetton y un juego de luces sensacional hicieron las delicias de todo el mundo y gritaron claro y con propiedad que hace tiempo y a punta de talento y trabajo, nuestra gente se ganó un lugar en este país de inmigrantes que muchos llamamos nuestro.

Pero faltaba lo más importante. Lo que de verdad termina de hacer del show un evento histórico. La crítica destructiva, la que nos deja claro que lo que hicieron las latinas dolió por bueno, por su excelencia, por qué nos pusieron a disfrutar y aplaudir de pie.

Lo bueno de verdad polariza y genera críticas profesionales, pero cuando se llega a la excelencia tambien aparecen los ladridos.

La jauría se alborotó y empezó a calificar algunos movimientos durante el show de pornografia y otros dijeron que se criticó al presidente, hasta ladraron los que por su pobreza mental enloquecen al escuchar un saludo en español o al ver una bandera que se relacione con la hispanidad.

Ni vulgar, ni provocativo, no pornografico, ni político. El show del medio tiempo de JLo y Shakira fue un momento histórico que termina de consolidar a los latinos en USA, lleno de arte y talento.

La prueba más clara son los ladridos de la jauría. “Los perros ladran, señal que avanzamos”