Las lágrimas rodaban sobre el rostro de Sergio ‘Checo’ Pérez. Escuchar el Himno Nacional de México lo estremeció hasta la médula. Él tenía razón. Todo el sacrificio, todas las injusticias y los tragos amargos, todo, absolutamente, está justificado. Pérez gana el Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1 y le deja saber al equipo de Red Bull Racing, que aunque sea considerado el “piloto 2”, él nunca se conformará con el papel de “escudero”.
Tan solo una semana antes su orgullo de piloto fue mancillado por su propio equipo, cuando por el auricular escuchó la instrucción de que dejara pasar a su compañero Max Verstappen, mientras ‘Checo’ estaba entre los punteros del Gran Premio de España, mismo que a la postre terminó por ganar Max.
El jalisciense Sergio ‘Checo’ Pérez reinó en el Principado. Fue su tercer triunfo en F1 y se convirtió en el mexicano con más victorias en la máxima categoría del automovilismo.
El volante tapatío supo mantener al margen al español de Ferrari, Carlos Sainz, quien se conformó con el segundo lugar y el tercer puesto fue para el neerlandés Verstappen, quien amplió a nueve puntos su renta en la clasificación general respecto a Charles Leclerc, quien una vez más se sintió frustrado en ‘casa’.
Este fin de semana, Pérez compitió con un casco especial en el que rendía un homenaje a Pedro Rodríguez, con quien empataba en victorias en F1. Pedro se paró en la parte más alta del podio en el Gran Premio de Sudáfrica 1967 y en el de Bélgica en 1970. Por su parte, Checo triunfo en el Gran Premio de Bahrein en 2020, con Racing Point, el segundo llegó ya con Red Bull el año pasado, en Azerbaiyán, y el de este fin de semana fue el tercero.
El heptacampeón del mundo, el británico Lewis Hamilton (Mercedes) esperaba “algo emocionante” a una hora para el inicio de la carrera. Y Mónaco no defraudó. Había 40 por ciento de probabilidad de lluvia. Ya con los vehículos en la parrilla de salida, con neumáticos de seco, empezaron a caer unas gotas. Nada importante. Hasta que a diez minutos del inicio, las precipitaciones fueron a más.
La lluvia entorpeció la carrera
El procedimiento de salida se demoró inicialmente nueve minutos. Dirección de carrera anunciaba que la vuelta de formación se daría detrás del coche de seguridad. Poco después, ampliaba el retraso otros siete minutos y especificaba que los vehículos tendrían que llevar neumáticos de lluvia extrema. Después de un par de giros, se mostró la bandera roja.
Los pilotos se dirigieron de nuevo a la zona de garajes, ajustaron las viseras de sus cascos, los equipos montaron carpas para cubrir a los fórmula uno. Pasaron los minutos. Muchos. Hubo silencio desde dirección de carrera. Expectación en los boxes.
Casi a la hora, se anunció la nueva salida. De nuevo detrás del safety car y a 77 vueltas, una menos de las previstas (la que se había completado antes de la bandera roja).
La salida se dio lanzada en la tercera vuelta. Era una prueba de habilidad. Leclerc pisó el acelerador y el auto le dio un hachazo tremendo. A Sainz también le costaba domar su Ferrari. El asfalto estaba deslizante, pero secándose rápido. Pierre Gasly, uno de los que pasaron pronto por boxes para cambiar neumáticos y probar intermedios, tuvo que bloquear.
Todos entraron cruzados al túnel, con las primeras posiciones inalterables. Leclerc metió la directa y abrió brecha respecto a Sainz (más de cinco segundos en doce giros); Pérez y Verstappen se acercaban al madrileño, que apretó.
Por detrás, Gasly ofreció espectáculo. Superó a Guanyu Zhou y fue a por Daniel Ricciardo. Le superó a las 14 vueltas.
La estrategia de ‘Checo’ y Redbull, impecable
‘Checo’ Pérez entró a boxes en la 17 para calzar intermedios. Firmó una buena parada (2.3 por 2.7 Hamilton). Salió por delante de Russell y Alonso, en quinta posición, y le hizo un undercut (adelantar la parada) a Leclerc, que había optado por la vía conservadora y se quedó detrás del mexicano.
Sainz alargó la parada algo más de lo que le sugerían en el equipo y cambió a seco a las 22 vueltas; Leclerc paró acto seguido. Cuando estaba enfilando el camino a boxes le pidieron que siguiera en carrera. Tarde; aunque habrían sido peor. El monegasco, enfadadísimo por radio con su equipo por una mala estrategia tuvo que esperar unas décimas a que su compañero de equipo partiera del pit lane.
Sergio ‘Checo’ Pérez también paró de nuevo para poner la misma goma que Sainz, que se situó entre él y Verstappen. Leclerc era cuarto. El madrileño, con neumáticos a temperatura, encimó al tapatío, con susto incluido y una dosis de suerte para no perder el coche.
El del alemán Mick Schumacher fue mayúsculo tras el vigésimo séptimo paso por meta. Perdió el control de su Haas, golpeó la barrera de protección y su monoplaza se partió en dos. El hijo del heptacampeón resultó ileso, pero la carrera tuvo que interrumpirse en la vuelta 30 para reparar la zona dañada del circuito urbano del Principado.
Una bandera roja más
La carrera se reanudó a falta de 37 vueltas, pero realmente iba a ser contra el crono: 45 minutos por delante hasta cumplir las tres horas.
Red Bull optó por gomas medias; Ferrari, por las duras. El líder hizo un plano en sus neumáticos en los primeros metros y ralentizó la marcha. Le interesaba una carrera lenta pero segura.
Fernando Alonso (Alpine), tuvo que aguantar a Hamilton para conservar la séptima plaza, como antes lo había tenido que hacer su compañero, Esteban Ocon, que fue penalizado con cinco segundos por un incidente con el británico de Mercedes.
A falta de 31 minutos se habilitó el DRS, aunque en Mónaco no sirve de mucho. Alonso pasó de ser el más lento al más rápido (1:15.8) provisionalmente.
Por delante, a falta de once minutos a Pérez se le echó encima Sainz. Los cuatro primeros estaban en un pañuelo. El méxicano se defendió con uñas y dientes y salvó la presión del madrileño para anotarse el triunfo en las calles del Principado.
Ferrari, de nuevo derrotado, está ahora a 36 puntos de Red Bull en el Mundial de constructores; en el de pilotos, Verstappen le saca nueve a Leclerc, este tiene seis de renta con Sergio ‘Checo’ Pérez, y Carlos Sainz marcha quinto a solo un punto de George Russell (Mercedes), que quedó por detrás de los de la bebida energética y los italianos en Mónaco.
Con información de EFE