Colby Covington es uno de los mejores peleadores de las artes marciales mixtas en la actualidad, pero si algún día se cansa del octágono no debería tener problemas en hacer la transición al mundo de la lucha libre.
Tiene un apodo que le cae como anillo al dedo en “Chaos” porque crear caos es una de sus especialidades. Y su personalidad locuaz -y sin filtro- caería perfecto en el universo del entretenimiento como la WWE.
Durante un “media day” de American Top Team en Coconut Creek, Florida, Covington llegó para la sesión de entrevistas con una camiseta con la bandera estadounidense y la frase “Peoples Champ (El campeón del pueblo)” debajo de su gabán azul claro de rayas; una gorra roja con el mensaje “Make America Great Again” ya que es fiel seguidor del Presidente Donald Trump; un título de la UFC sobre un hombro y con una bella dama aferrada a su otro hombro.
¡Bienvenidos al “Show de Colby Covington”!
Algunas lo quieren y otros no lo soportan, pero independientemente de todo el caos que trae consigo Covington (15-1 MMA, 10-1 UFC), es un sólido peleador que viene de darle una zurra a su excompañero de escuadra Robbie Lawler por decisión unánime (50-44, 50-45, 50-45) el pasado 3 de agosto en Newark, Nueva Jersey.
Con ese triunfo, Covington se colocó en posición para retar al campeón welter Kamaru Usman (15-1) en el combate estelar de este sábado en UFC 245 en Las Vegas.
Antes de finalmente concretarse el combate ante Usman en la “Ciudad de las Apuestas”, se estuvo mencionando a Nueva York como posible sede, y durante ese “media day” sacó a relucir todo su arsenal en lo que parecía una grabación para un programa de lucha libre.
“Yo estoy listo para pelear. Ya di el ‘sí’ a la UFC de que voy al Madison Square Garden y lo haré grande de nuevo porque los Knicks han empañado el legado del Madison Square Garden. Es deprimente lo que han hecho con la arena. Nada más que derrotas”, indicó Covington,
“Sólo hay un hombre que puede hacer que el Madison Square Garden vuelva a ser grande y ése soy yo, el campeón del pueblo, el campeón de América, el peleador favorito de Donald Trump, Colby “Chaos” Covington”.
Con su estilo arrogante y sin pelos en la lengua -sea ficticia o no-, Covington se ha convertido en el “súpervillano” de la UFC al estilo de predecesores como Chael Sonnen, Conor McGregor y Brock Lesnar, entre otros.
El jueves cuando le tocó posar junto a Usman durante el “media day” de UFC 245, tenía puesto su gorra roja de Trump, una chaqueta blanco, rojo y azul y una camiseta que desplegó con el mensaje: “Trump-Pence para el 2020”, y se la pasó antagonizando al campeón mientras se tomban fotos.
Covington, como todo luchador del rudo bando, está dispuesto a aceptar todo lo que conlleva ser esa figura odiada por la mayoría.
Durante la cartelera de UFC 241 en Anaheim, California, el pasado agosto, el público en el Honda Center mostró su desprecio hacia el estadounidense con un sonoro abucheo y gritos de “Colby Sucks” cuando su imagen apareció en la pantalla gigante en la arena.
“Me encanta. Todos querían tomarse fotos conmigo. Puedes amarme u odiarme, pero vas a ver mi pelea. Yo soy diferente y único en su clase. Quiero darle un “show” a la gente”, dijo el peleador.
Durante la función, algunos peleadores tuvieron acarreos con Covington, lo que obligó al presidente de la UFC, Dana White, a intervenir para apaciguar los ánimos ya que seguridad en el recinto quería remover al polémico estadounidense para evitar mayores incidentes.
Es parte del “caos” que genera Covington, pero que a su vez lo convierte en una atracción para la UFC por ser el villano de la película.
Ahora bien, ¿es un “show” o no?
“No estoy interpretando a un personaje, solo estoy siendo real”, aseguró hace unos días Covington a la página especializada MMA Junkie. “Creo que no saben de qué están hablando. Creo que solo estoy subiendo (el nivel) a 11. No tengo miedo de decir lo que pienso y decir lo que realmente pienso por dentro”.
“Antes mantenía esos pensamientos porque estaba preocupado por cómo la gente me juzgaría, cómo reaccionarían los medios de comunicación, cómo el UFC me juzgaría por eso. Ahora me importa un cara… No me importa lo que piensen de mí. Al final del día, soy lo que es bueno para este deporte y estoy haciendo dinero para esta compañía”, agregó.
