Con el bastón y el puck era una muralla, un demonio rojo. Con los shorts blancos, sus gafas oscuras y la raqueta semejaba ser un ángel. Jaroslav Drobny posee una de las historias más peculiares en el mundo del deporte, no solo por lo excéntrico y variado de sus logros, también por ser siempre un alma libre en busca de su lugar en el mundo.
Drobny nació en la antigua Checoslovaquia en 1921. Con la selección nacional de hockey sobre hielo fue campeón del mundo en 1947 y ganó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Invierno, en St. Moritz 1948. Más tarde, en 1954 se convirtió en el primer y único “africano” (egipcio) hasta el momento en ganar Wimbledon.
Para los checoslovacos patinar era inherente a la vida como respirar. Jaroslav aprendió pronto a deslizarse sobre el hielo, lo hizo con maestría y a la vez ferocidad, misma que reflejaba cuando se equipaba y jugaba hockey. Sin embargo, desde los cinco años de edad tomó la raqueta y comenzó a practicar tenis. Fue “ball-boy” en torneos y disfrutaba mucho de ver jugar a su compatriota Karel Kozeluh.
Depuró su técnica poco a poco y en 1938, a los 17 años de edad, se hizo profesional con una zurda privilegiada y un potente saque. Compaginó sus actividades entre las canchas de tenis y las pistas de hielo de hockey, sin embargo, su carrera deportiva se interrumpió debido a la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
Las conquistas de Drobny en el hockey
Al término del ‘gran holocausto’ Drobny fue elegido centro en el equipo de hockey de Checoslovaquia que compitió en el Campeonato Mundial de 1947, donde se consagró monarca, al imponerse a Suecia, y se despachó con 15 goles. Un año después, en los Juegos Olímpicos de Invierno en St. Moritz, Suiza, se colgó la medalla de plata al ser superados por el conjunto de Canadá.
De acuerdo con el libro “Historicla Dictionary of Tennis” de John Grasso, Drobny pudo convertirse en el primer jugador europeo en jugar en la NHL. En 1949 los Bruins de Boston le ofrecieron un contrato por 20 mil dólares, pero rechazó la invitación. Prefirió seguir como jugador de hockey amateur y tener la oportunidad de combinarlo con su carrera como tenista.
PUEDES LEER: Roger Federer anunciará si va o no a Tokio 2020 después de Wimbledon
El exilio
Una lesión en el hockey dañó sus ojos permanentemente, por ello saltaba a las canchas de tenis con lentes oscuros de prescripción médica. Sin embargo, este problema jamás nubló su visión, su determinación por trascender.
En 1949, durante un torneo en Gstaad, Suiza, recibió un mensaje del gobierno de su país, en aquel momento influenciado completamente por la URSS, en el que le solicitaban que se retirara y que regresara a Praga. Drobny pensó que jamás volvería a tener libertad de elegir sus torneos y decidió abandonar su país.
La estrella de Copa Davis de Checoslovaquia pasó un par de años en Suiza, aplicó papeles para ser naturalizado suizo, estadounidense y australiano sin éxito, luego el rey Forouk le otorgó la ciudadanía egipcia en 1950 y finalmente, en 1959 adquirió la nacionalidad británica.
PUEDES LEER: Garín es el único tenista latinoamericano con vida en Wimbledon; Schwartzman y Osorio Serrano eliminados
El único “africano” en ganar Wimbledon
Jaroslav Drobny compitió bajo la bandera de Egipto de 1950 a 1959. Fue en este periodo cuando se proclamó bicampeón del Campeonato de Francia (hoy Roland Garros) al vencer al sudafricano Eric Sturgess en 1951 y en 1952 doblegó al australiano Frank Sedgman. También se coronó tres veces en el Campeonato de Italia (1950, 1951 y 1953).
El tenista “egipcio” parecía incontenible. En 1954 llegó a Wimbledon como el sembrado 11. Fue avanzando en el torneo, en cuartos de final venció al australiano Lewis Hoad y en la semifinal le propinó una derrota al estadounidense Budge Patty por parciales de 6-2, 6-4, 4-6 y 9-7.
A los 32 años de edad, Drobny se instaló en la final de Wimbledon donde se midió ante el joven australiano de 19 años Kenneth Rosewall. El veterano se impuso por margas de 13–11, 4–6, 6–2 y 9–7 en lo que fue una de sus más grandes victorias como tenista.
Drobny reclama su lugar en la historia
Su vida es todo un ejemplo de superación y su carrera deportiva inspiradora. Los logros de Jaroslav Drobny lo llevaron a ser inducido al Salón de la Fama del Tenis Internacional en 1983 y en 1997 fue inmortalizado en el Salón de la Fama de la Federación Internacional de Hockey sobre hielo y en 1955 publicó su autobiografía “Campeón en exilio”.
Al término de sus días como deportista, Drobny estableció una tienda de artículos deportivos (Sport Drobny) en South Kensington y el 13 de septiembre de 2001, a la edad de 79 años, Jaroslav murió en Tooting, Londres.