Gran triunfo concreta Alexander Zverev (6°) ante Rafael Nadal (2°) en los cuartos de final del Masters 1000 de Madrid (arcilla/outdoor), una de las escalas más importantes del calendario europeo de tierra batida. El tenista alemán avanza a las semifinales del certamen por segunda vez en su carrera, tras dejar en el camino al gran candidato al título y Rey de esta superficie desde hace mas de tres lustros. En la ronda de los cuatro mejores, Sascha se medirá el sábado con el austríaco Dominic Thiem (4°), vencedor del gigante estadounidense John Isner (39°) por 3/6 6/3 y 6/4. El oriundo de Hamburgo se coronó en la edición 2018 de esta competencia, precisamente frente a su adversario de mañana.
Sorprendió la victoria de Zverev conseguida en la Pista Manolo Santana de la Caja Mágica, por la jerarquía de su derrotado, casi invencible en pistas lentas. Rafa dominó las acciones al comienzo del primer set, lapso en el que consiguió un quiebre de ventaja. Sin embargo, el germano no se amilanó y comenzó a presionar con sus potentes servicios al español, quien se sintió incómodo también por la solidez y la agresividad desde el fondo de la cancha. Revirtió esa tendencia inicial y se llevó esa primer manga. El segundo parcial fue más pronunciada la supremacía del teutón, lo que le permitió llevarse el boleto semifinalista. Tercer triunfo consecutivo en sets corridos de Zverev ante el ibérico, quien prevalece aún en el historial por 5-3.
Con este traspié, Nadal perderá la segunda posición del ranking ATP, haciendo un enroque con el ruso Daniil Medvedev (3°). Además, Rafa se despidió de un torneo que le gusta mucho, en donde fue 5 veces campeón, 4 de ellas en la Caja Mágica. La restante fue en la temporada 2005, cuando esta cita se disputaba en el Pabellón del Madrid Arena, sobre canchas duras y cubiertas (indoor), en el tramo final de la agenda del tour. Este Masters 1000 es de los que siempre le costó conquistar al mallorquín, por la altura de 667 metros sobre el nivel del mar que existe en la capital española, un elemento externo que no favorece a su juego.