El fanatismo de los Estados Unidos por la Fórmula 1 está en su punto más alto. El máximo circuito de automovilismo ha logrado afirmar su presencia dentro del territorio norteamericano con once pistas en múltiples ciudades de la Unión Americana.
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Miami, Austin y Las Vegas son los escenarios elegidos por el Mundial de monoplazas para visitar Estados Unidos, lo que premia el creciente interés y la capacidad de convocatoria de aficionados, pero también el retorno económico.
Las tres carreras coinciden geográficamente en la misma región del planeta, pero aportan una identidad y una marca bien distintas.
“Lo más importante y destacable de tener múltiples pruebas en los Estados Unidos es que cada uno de nosotros tenemos nuestra propia identidad”, destaca Tyler Epp, presidente del Gran Premio de Miami.
LOS AFICIONADOS AMERICANOS, ENAMORADOS DE LA FÓRMULA 1
El público americano, con un tradicional vínculo con el mundo del motor a través de la NASCAR o la Indycar, ha abierto sus brazos de par en par a la categoría reina.
Existe un interés altísimo en la competición, como pudo comprobarse el pasado año en el Circuito de las Américas, que batió el récord histórico de asistencia a un gran premio con 440.000 aficionados en Austin.
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También con la edición de 2022 en Miami, transmitida por televisión nacional en la ABC y que sumó la mayor cifra de espectadores de la historia con una carrera de Fórmula Uno superando los 2,58 millones.
El éxito en audiencia provocó que ESPN firmara un nuevo contrato con la FIA hasta 2025, que incluye el compromiso de mostrar al menos 16 carreras en la pantalla de ABC o la principal de ESPN.
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En esta edición de 2023, Estados Unidos suma además a su primer piloto en parrilla desde 2015, Logan Sargeant, que pilotará para Haas F1, un equipo que tiene sus instalaciones en Kannapolis, en Carolina del Norte.
LAS VEGAS PONDRÁ LA FÓRMULA 1 EN OTRA DIMENSIÓN
La ciudad de Las Vegas recibirá por tercera vez en su historia a la Fórmula Uno, algo que ya ocurrió en 1981 y 1982, pero cuarenta años después promete convertirse en algo icónico dentro del campeonato.
El coste del montaje del circuito en Nevada asciende a más de 500 millones de dólares. Una inversión estratégica ya que a pesar de haber firmado un contrato por únicamente tres temporadas la intención es permanecer como uno de los destinos fijos del campeonato.
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Seguir la Fórmula Uno bajo las luces de los casinos de Las Vegas tendrá un precio mínimo de 500 dólares por las entradas más económicas, y algunos ‘resorts’ como el Caesar Palace o el MGM planean poner a la venta paquetes exclusivos de hospitalidad a un coste estimado de cinco millones de dólares.
