“Speed kills” (la velocidad mata), ese era el lema de vida del ex receptor de Los Vegas Raiders, Henry Ruggs III. Esa frase apareció en distintas ocasiones en las redes sociales tanto del receptor como del equipo para el cuál jugaba.
La expresión usada por el nativo de Alabama hacía alusión a la velocidad con la cuál corría dentro del campo y tristemente ahora se convirtió en una referencia oscura tras el incidente de tránsito de Ruggs el pasado 2 de noviembre que le costó la vida a Tina Tintor, de 23 años.
Según las autoridades, el jugador de 22 años estrelló su Corvette mientras conducía en estado de embriaguez y a una velocidad de 156 millas por hora contra un carro manejado por Tintor, quien murió calcinada junto a su perro luego de que su auto se prendiera en llamas.
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Ruggs enfrenta cargos por delitos graves por conducir bajo los efectos del alcohol con resultado de una muerte y por conducción imprudente. En estos momentos se encuentra bajo arresto domiciliario con un monitor de consumo de alcohol en un tobillo y un monitor GPS en el otro, y se espera que regrese a corte el próximo 4 de enero.
Desafortunadamente, ésta no es la primera vez que sucede una tragedia de esta índole y a pesar que la NFL ha implementado una serie de medidas para prevenir estos incidentes (choferes privados), parece que sus jugadores siguen sin dimensionar lo que puede suceder cuando se ponen detrás de un volante y no están en sus cinco sentidos, ya sea por el efecto del alcohol o las drogas.
A continuación les presentaremos casos similares a los del ex pupilo de Nick Saban.
Donte Stallworth
En el 2009, el ex receptor de los Cleveland Browns, Donte Stallworth se declaró culpable por el homicidio bajo la influencia del alcohol de Mario Reyes, un constructor de una obra, en Miami, Florida. Stallworth estaba ebrio al momento de arrollarlo con su automóvil.
Según los exámenes hechos posteriormente al jugador, en su sangre tenía un nivel de alcohol de .126; varios niveles más arriba de lo permitido en el estado de Florida.
Fue suspendido por el comisionado Goodell durante toda la temporada del 2009. También pasó 24 días en la cárcel y tras negociar con la familia de la víctima logró salir bajo libertad condicional. Jugó su último partido en la NFL en el 2012 con los Patriotas de Nueva Inglaterra. Desde su retiro del emparrillado ha dedicado su vida a dar conferencias sobre el riesgo y las consecuencias de manejar bajo los efectos del alcohol.
Leonard Little
En junio de 1998, el ala defensiva de los St. Louis Rams atropelló y mató a Susan Gutweiler. Little se declaró culpable por homicidio involuntario. Fue condenado a tener que realizar 1,000 horas de servicio comunitario y para evitar la cárcel tuvo que pagar una compensación económica a la familia de Gutweiler.
Cabe aclarar que Little tenía casi el doble de alcohol en la sangre de lo que permitía el estado de Missouri en ese entonces (.10). Fue suspendido por ocho juegos de su campaña de novato ese mismo año. Sin embargo, eso no le impidió tener una exitosa carrera en la NFL al jugar 12 años con los Rams y ganó con ellos el Super Bowl en 1999.
Josh Brent
El exdefensivo de los Dallas Cowboys, Josh Brent, se le radicaron cargos por homicidio involuntario en diciembre del 2012 cuando perdió el control de su automovil y su acompañante y compañero de equipo, Jerry Brown, falleció a consecucencias del accidente.
Dos años después fue encontrado culpable por homicidio por intoxicación y sentenciado a pasar 180 días en la cárcel y 10 años de libertad condicional. El salido de la Universidad de Illinois regresó al juego tras dos años de ausencia y se retiró por completo en el 2015 aunque cuatro años después fue arrestado por intoxicación pública.
Al igual que los casos mencionados anteriormente, cada año surgen decenas de instancias en que los atletas pertenecientes a la mejor liga de fútbol americano del mundo son arrestados por DUI en los distintos estados de la Unión Americana al hacer caso omiso a las recomendaciones de “no tomen y manejen”.