Si ya era una temporada complicada y extraña para todos los equipos, para los Blue Jays se ha convertido en una temporada aún más insólita: no podrán jugar en Toronto en 2020. El gobierno canadiense le comunicó al equipo la prohibición de jugar en Canadá esta temporada debiso a la crisis por la Covid-19. La ciudad de Toronto había dado su visto bueno al igual que la provincia de Ontario, pero el gobierno de Canadá tenía la última palabra.
Con menos de una semana restante para el comienzo de la temporada de Grandes Ligas —los Blue Jays tienen el primer partido el 24 de julio— la franquicia canadiense debe decidir dónde jugará esta temporada. Ahora mismo la dos opciones más factibles y probables son las de jugar en Buffalo, Nueva York, donde juega la filial de Triple-A de los Blue Jays, o en Dunedin, Florida, donde se encuentran los campos de entrenamiento del equipo y donde realiza el spring training.
Florida es uno de los estados más afectados por la pandemia en Estados Unidos, por lo que el equipo preferiría evitarlo. La otra opción, Buffalo, al otro lado del río Niagara, donde se encuentra la frontera entre Canada y Estados Unidos, es una opción preferida, aunque habría problemas de infraestructuras, ya que se debe determinar si el estadio está listo para que se jueguen partidos de Grandes Ligas en él. El primer partido como local de los Blue Jays es el 29 de julio, por lo que la decisión será tomada en los próximos días.
La decisión del gobierno canadiense se basa en que consideran arriesgado el hecho de que los jugadores viajen desde y hacia Estados Unidos regularmente al igual que otros equipos americanos vengan a Canadá.
“Aunque nuestro equipo no jugará partidos en casa este verano, nuestros jugadores jugarán la temporada con el mismo orgullo y pasión representando a toda una nación”, afirmó el presidente de los Blue Jays, Mark Shapiro, en un comunicado oficial del equipo en el que también expresó su máximo respeto por la decisión tomada del gobierno canadiense.