Wayne Rooney es considerado por muchos, uno de los grandes atacantes y emblemas de la exitosa faceta del Manchester United acompañado de grandes futbolistas como Cristiano Ronaldo y bajo la dirigencia de Sir Alex Ferguson, pero no todo fue miel sobre hojuelas para el ex-futbolista inglés.
- LEER MÁS SOBRE: Cristiano Ronaldo, el más seguido de Instagram
- LEER MÁS SOBRE: Kurt Zouma se pasó de violento con su indefenso gato
- LEER MÁS SOBRE: El Kun Agüero vivirá con un chip implantado cerca del corazón
El ahora técnico del Derby Country se sinceró frente al Mail Sunday sobre su pasado con los Red Devils, en el que detrás de la fama, vivió uno de los capítulos más complicados en su vida: el alcoholismo, fruto de su frustración por el peso de ser un jugador clave.
“Me encerraba a beber para sacarme todas esas cosas de la cabeza. Encerrarme me hacía olvidar todo con lo que tenía que lidiar; bebía en exceso en solitario”, confesó.
Rooney, quien vistió los colores del Manchester United de 2004 a 2017 y se convirtió en el máximo goleador del club con 253 goles, señaló que previo a los entrenamientos solía utilizar unas gotas para los ojos, las cuales le ayudaban a disimular su estado.
De igual manera, ‘El Niño Malo’ puntualizó que sus problemas con el alcohol vinieron desde sus acciones de joven, pues la mayor parte del tiempo estaba enojado o molesto; por lo que con el tiempo fue más complicado para él hablar de su depresión con algún compañero del United o de su propio entorno social, a diferencia de la ayuda que
“Cometí demasiados errores de joven, algunos salieron en la prensa y otros no”, destacó. “Ahora las personas tienen más confianza a la hora de hablar de este tipo de situaciones. En aquellos tiempos tenías que sufrir internamente antes de hablar abiertamente de tus sentimientos y pensamientos”.
A pesar de atravesar por este difícil camino, el estratega de 36 años reconoció que ya no padece ningún exceso con la bebida, lo que lo ha llevado a tener un mejor control de sus emociones mientras se encamina a igualar su éxito como jugador al banquillo.
“Mi relación con la bebida se encuentra bien. No tengo problemas. A veces tomo un trago, pero al grado de como antes lo hacía. Todo está bajo control”, sentenció.
El Derby Country no atraviesa una buena temporada en el Championship (Segunda división de Inglaterra), dado que marchan en la penúltima posición con apenas 18 puntos en 30 encuentros disputados con un saldo de 9 victorias, 12 empates y 9 derrotas.